05 de Septiembre del 2013 | etiquetas: Festival de Venecia, Festivales 2013, Crítica
TwittearEl aclamado crítico Gabe Klinger se atreve con un docu-retrato de dos visionarios del cine indie norteamericano, concretamente, con una película sobre la amistad, creatividad, sueños americanos, realización de cine, basket y béisbol que unen a James Benning y Richard Linklater. Es "Double Play", una reliquia cinéfila con nombres y apellidos para un proyecto de crowdfunding que si merece la pena.
¿De qué va?
Allá por 1985, un trabajador de una plataforma petrolera llamado Richard Linklater, inauguraba un cineclub en Austin, Texas, destinado a proyectar películas clásicas de autor y films experimentales para una comunidad en ciernes de cinéfilos y cineastas. Finalmente incorporada como una organización no lucrativa, la Austin Film Society logró recaudar el dinero suficiente para volar en su primera salida de la ciudad invitada: Milwaukee , la ciudad natal de James Benning, cineasta visionario que por aquel entonces tenía su sede en Nueva York.
Aceptando la invitación, Benning se reunió Linklater e inmediatamente los dos comenzaron a desarrollar un vínculo personal e intelectual, que les llevaría a compartir futuras proyecciones y encuentros. A partir de finales de los 60, Benning comenzó a dedicarse principalmente, a la creación independiente de películas no narrativas, mientras que Linklater empezaba a elaborar sus primeros cortometrajes en 8 y 16mm. Los cineastas se han mantenido contantemente cerca uno del otro, aún cuando sus carreras han divergido enormemente. Después del éxito de culto de "Slacker" (1991), Linklater pasó a hacer grandes películas narrativas con el apoyo de Hollywood. Benning, por su parte, se ha mantenido cerca de sus raíces modestas y es, sobre todo, una figura incomprensiblemente desconocida en la corriente principal de la cultura cinematográfica. El retrato de una amistad única sobre el curso de unos pocos días en Austin y Bastrop, Texas, mientras ambos cineastas presentan las películas de Benning en la Sociedad de Cine de Austin, juegan béisbol en la casa de Linklater, visitan antíguas localizaciones de sus repspectivos rodajes, y hablan de sus respectivas trayectorias cinematográficas a través de largas comidas y excursiones.
¿Quién está detrás?
En colaboración con el legendario productor Andre S. Labarthe - que co-creó la serie de televisión francesa de larga duración "Cinéma, de notre temps" ("El cine de nuestro tiempo") -dirige el prestigioso crítico y docente Gabe Klinger, a quien acompañan 398 productores que se han rascado el bolsillo para que un proyecto de crowdfunding que sí merece la pena vea la luz de forma definitiva. A todos ellos, gracias.
¿Qué es?
Un proyecto de crowdfunding que sí merece la pena.
¿Qué ofrece?
Como bien afirmaba el propio Gabe Klinger en su cuenta de Kickstarter, ambos cineastas encarnan las nociones históricas y contemporáneas de América, sus locuras y sus esplendores. Más allá de las diferencias superficiales, Benning y Linklater se parecen en que sus películas demuestran preocupaciones formales y temáticas como la reconstrucción del tiempo y la memoria, las estructuras matemáticas, las tradiciones cinematográficas, y la representación de la historia pasada y presente, sobre todo de los marginados y de pueblos minoritariamente representados.
Con paisajes americanos, artefactos culturales (música, obras de arte, etc), y figuras humanas, ambos trabajan con fines análogos. Esta es la tesis que la película explora logrando un documento evocador, nostálgico y decididamente emocionante sobre dos totems del indie norteamericano que, en las abismales diferencias que distinguen su cine, encontramos también sugerentes similitudes. Mientras Benning se dedica a esculpir el tiempo, suspendiendo su mirada de forma fija, concreta e inamovible, Linklater lo aletarga a lo largo de los 18 años que transita su magistral trilogía romántica, o los 12 que dura el proceso de rodaje de "Boyhood", película que retrata la infancia y que ya última con la intención de estrenarla el próximo 2014. Sin embargo, ambos comparten espíritu y mirada. Aquella que trata de alejarse de los parámetros a los que se reduce el cine de los tres actos, aquella que desprende un halo de su propia experiencia o concepto de vida. "Double Play" significa todo un regalo para los fans del cine de Linklater: imágenes de archivo empapadas de una embriagadora melancolía, picos de grandeza en su edición que nos muestra las principales señas de identidad de su cine relacionando imágenes de sus películas, o conversaciones sobre cine que acaban por resultar enriquecedoramente filosóficas. Un regalo abrumadoramente cinéfilo que tan solo podía brindarnos otro gran cinéfilo. Un documental que con el paso de los años está destinado a convertirse en toda una reliquia para todo fan del séptimo arte. Tiempo al tiempo.
Nota: 7 / 10