30 de Agosto del 2013 | etiquetas: Festival de Venecia, Festivales 2013, Crítica
TwittearSegundo día de festival y primera obra maestra absoluta. Para muchos, una mirada valiente, poderosa y sorprendentemente inteligente, el "Te doy mis ojos" que rodaría Haneke, el de "71 fragmentos de una cronología al azar" y "El séptimo continente". Para otros, tres desgarradoras horas traducidas en 59 capítulos incapaces de soportar que te dejan un mal cuerpo de armas tomar. Es lo que tienen las grandes películas, es lo que nos ofrece Philip Gröning con "The Police Officer's Wife". ¿Habemus León de Oro?
¿De qué va?
Un poli, su mujer y su niña. Un remoto pueblito que bordea un bosque. Un pequeño apartamento. Domingos perfectos para gestar la cuna del amor que nutre el alma de la nena. Afecto pero también distancia. "The Police Officer’s Wife" es una película sobre la virtud del amor, la virtud de la curiosidad, la virtud de la alegría. Pero también sobre la oscuridad que amenaza y sacude a todas ellas.
¿Quién está detrás?
Significa el salto a la ficción del experimentado y reputado documentalista Philip Gröning, director de la magistral "El Gran Silencio" (ver online), una película austera, cercana a la meditación, al silencio, a la vida en estado puro. Sin música excepto los cantos de los monjes, sin entrevistas, sin comentarios, sin material adicional, Gröning nos mostraba por primera vez el día a día dentro del “Grande Chartreuse” el monasterio de referencia en los Alpes franceses de la legendaria orden de los Cartujos. Una contundente mirada rebosante de arrojo que ahora se pone al servicio de una ficción que huele a siniestra realidad. Es "The Police Officer's Wife".
¿Quién sale?
Alexandra Finder, David Zimmerschied y Horst Rehberg en un auténtico tour de force a tres bandas (si, incluida la niña) y sin olvidar ese zorro, que al principio evoca a Malick, pero acaba sonando a von Trier.
¿Qué es?
El "Te doy mis ojos" que rodaría Haneke, el de "El séptimo continente" y "71 fragmentos de una cronología al azar", salpicado por bellos (pero igualmente perversos) toques malickianos.
¿Qué ofrece?
Una obra absolutamente maestra, verdaderamente única. Una mirada contundentemente desnuda y brutalmente inteligente que no dejará a nadie indiferente, tanto al que prematuramente huye extenuado de la sala, como al que acaba horrorizado, clavado en su butaca. Dividida en 59 capítulos que significan 118 intertítulos (principio de...final de) y la postre, 175 minutos, "The Police Officer's Wife" se presenta como un complejo puzzle que se antoja aterradoramente real, cuyas inicuas piezas solo pueden ser unidas tras ser árduamente reflexionadas por el propio espectador. Una desgarradora incisión quirúrgica que destripa con precisión de bisturí, sin miedo alguno a lo que ello pueda destapar, la oscuridad que atenaza, fustiga y definitivamente, erosiona ese supuesto amor anhelado. Abróchense pues los cinturones, que vienen curvas.
Articulada a través de un portentoso dispositivo formal, los insólitos movimientos de cámara y los planos imposibles rompen con todo posible rigor formal y se erigen en el inmejorable vehículo para dar forma a una austera trama herméticamente deconstruida. No hay duda, estamos ante un prodigio técnico milimétricamente orquestrado por una mente privilegiada, intrépida e incisiva, un metrónomo social que tiene la cruel virtud de perturbar con una sonrisa, un jugueteo o con una caricia, mucho más que con una violenta sacudida. Un hito del cine contemporáneo que deja tan mal cuerpo que resulta imposible de celebrar, aunque no de valorar como tal. "The Police Officer's Wife" exige, agota y azota con su dureza, pero ante todo forma, nutre y enseña con su profundo sentimento y desbordante intelecto. Justamente como hacen los grandes maestros, empezando por 'ese tal' Michael Haneke. Y sí, el León de Oro probablemente ya tenga dueño.
Nota: 10 / 10