El suyo no es un cine hecho para todos los gustos. Desde su salto a la fama internacional en 2002 con ese hito que es "Suicide Club", Sion Sono no ha dejado de estar presente en los festivales internacionales con una mezcla salvaje de géneros donde abarca desde la comedia hasta el erotismo pasando por elementos como espadas samurai, traumas infantiles, familias disfuncionales, lesbianismo, gore, violencia, pornografía o incluso romanticismo. Suyas son, sin ir más lejos, las cuatro horazas y media dedicadas a esa monumental, inclasificable (y brillante) astracanada titulada "Love Exposure." Más prolífico que nunca, Sion Sono presentaba el pasado año en Venecia su (ya) antepenúltima obra, "Cold Fish" (presente también enel D'A), a Cannes llegaba este año con su penúltima reliquia, "Guilty of Romance," y finalmente también lo ha hecho nuevamente en Venecia con, ahora sí, su última joya, "Himizu," una película, como todas las del extravagante director japonés, no apta para todos los públicos.
¿De qué va?
"Himizu" es un manga que destapa la oscuridad y la crueldad de la mente humana, mostrando cómo el protagonista de la historia, un joven que aspira a llevar una vida normal y corriente, reacciona ante diferentes situaciones de estrés llevándolo a un estado psicológico que dificilmente podría catalogarse de "normal". Sion Sono hace el cómic suyo y añade más carne al asador contextualizándo el relato durante el fatídico tsunami acaecido este mismo año en Japón.
¿Quién está detrás?
Director de culto indiscutible y reconocido icono surgido del cine underground japonés, Sion Sono ha traspasado las fronteras del cine de género por su radicalidad, su desbordante creatividad, su insobornable compromiso ético con una forma de hacer cine y su indiscutible capacidad para crear imágenes emblema de su tiempo.
¿Quién sale?
Quienes estéis familiarizado con la obra de Sono os sonarán rtostros conocidos, quienes no lo estéis, será lo de menos...
¿Qué es?
Un cómic manga revisitado y puesto al día bajo el sello Sono. No hay más, en su cine no hay comparación posible.
La prensa ha dicho
Es evidente que Sion Sono no mes apto para todos los públicos:
Sergi Sánchez valora su intención aunque tampoco alaba el resultado final en La Razón: "La historia de dos adolescentes, maltratados por sus padres, al filo de un mundo que se acaba, funciona a la vez como metáfora de una nación que debe volver a reinventarse y como abrupto, histérico «anime» de carne y hueso. A ratos, parece cine amateur, a ratos cine de guerrilla, tenso pero inacabado."
Al igual que Luis Martínez en El Mundo quien afirma con cierta gracia que: "El más de culto de todos los japones de culto, Sion Sono, presentaba 'Himizu' o, de otro modo, un intento desesperado por desesperar al personal. Objetivo conseguido." Y añade: "La película quiere ser ruido, furia, provocación, rechinar de dientes y... dos huevos duros. Y así durante las dos horas largas en las que se da literalmente de bruces contra las retinas del espectador."
Y como era de esperar, el cine de Sion Sono tampoco está hecho para Carlos Boyero, quien escuetamente confiesa en El País: "No me interesa la película japonesa Himizu, dirigida por Sion Sono, que es la adaptación de un manga y la protagonizan gente en el límite que se mueve como si fueran dibujos animados."
Finalmente, Ángel Fuentes nos traslada en ABC el sentir general del público: "Se trata de una historia violenta y extravagante que solo gustó a los apasionados del cine japonés."

En cuanto a la prensa internacional, Sion Sono también abruma :
Quién mejor define su cine es Oliver Lyttletton en The Playlist, quien asegura que "está tan cerca de ser imposible de ver que acaba resultando vital su visionado" y prosigue "Himizu se erige en un testimonio de lo beneficioso que puede resultar comernos nuestros propios vegetales cineamatográficos. Por más que permanezcamos sus largas dos horas de duración sentados en nuestras butacas mirando de reojo la salida de incendios, no quiere decir que nos arrepintamos de haberla visto. Incluso puede que volvamos a verla."
Boyd van Hoeij coincide en Variety declarando que "se trata de un original y extremadamente lúgubre relato de adolescencia con un desenlace más esperanzador a pesar de adherir continuamente más miseria a la trama. Por más que no resulte un matrimonio del todo feliz, el resultado se ha conllevado un espacio propio en la Sección Oficial de Venecia que debería traducirse en el film de alcance más comercial de Sono."
Finalmente, Deborah Young se muestra moderadamente entusiasta con el resultado final en Hollywood Reporter: "La audaz apuesta de contextualizar una historia manga de adolescentes en los desastres acontecidos en el norte de Japón, vale finalmente la pena. Su intuición para escribir a la luz de los trágicos acontecimientos le da un conmovedor sentido a una adaptación casi imposible de surgir de un cómic de género dirigido a los adolescentes japoneses. Esta extraña superposición de estilos y estados de ánimo es una atrevida apuesta que de alguna manera aumenta neustra sensibilidad sobre los desastres acontecidos en Japón."
Así pues, nada nuevo amigos. Sion Sono sigue su propio camino cinematográfico, un camino que cada uno de nosotros es libre de seguir, pero quien lo sigue, sabe que nunca se perderá en el trayecto.
A la espera de su próxima proyección en el Festival de Sitges, os dejamos con un clip de 7 minutos de duración.
