Revista Cocina
Croquetas de carrillada iberica guisadas al vino tinto con mayonesa de kimuchi
Por Carmenrosa @MicocinaCRNo soy cocinera, no soy blogger, no soy en absoluto “foodie”…..pero me apasiona la gastronomía, me encanta cocinar, estar al tanto de las nuevas tendencias gastronómicas, de los restaurantes, de los grandes chefs y aprender, disfrutar y compartir mis experiencias culinarias.
Cuando digo no soy cocinera, es porque no trabajo en ello, no tengo titulación al respecto ni más experiencia que la que me aporta el día a día cocinar para mi familia, como cualquier ama de casa o persona que tenga que preparar la comida….
No soy, ni por asomo, foodie….ésta palabra tan en boga hoy en día que según el diccionario Webster 2001, significa: Persona que tiene un interés en especial en la preparación y el consumo de comida, especialmente en restaurantes.
Para ello "Mi Cocina" cuenta con dos maravillosos embajadores: mi hijo Alejandro y su pareja, Marta....quienes suelen acudir a los eventos gastronómicos a los que suelen invitarme, ya que son grandes expertos en las redes sociales: facebook, instagram, twitter, etc..... Aqui podrán ver como recogían el último reconocimiento de la Excma.Diputación de Málaga al blog, a "Mi Cocina", distinción "Sabor a Málaga" que me conceden por tercer año consecutivo.
Los "foddies" son personas que tienen un interés ardiente y especial por todo lo relacionado con la industria restauradora: bodegas, degustaciones de vino, inauguraciones de restaurantes, eventos gastronómicos, ferias…o cualquier aspecto relacionado con la comida, difundiéndolo como es lógico hoy en día a través de las redes sociales. Los “foodies” gastronómicos, con su cámara siempre a cuestas y abiertos a las nuevas comunicaciones son sin lugar a dudas los nuevos “exploradores” culinarios.
No me gusta decir que soy blogger…aunque lo sea. Porque, aquí sí tengo que reconocerlo, de momento soy bloguera.
Y habrá quien se pregunte ¿qué es ser blogger? Porque, sobre todo hablando de gastronomía, son cientos, miles…..los que se abren cada día, los que vamos descubriendo, encontrándonos en éstos caminos virtuales.
Tener un blog es fácil, es gratis y basta con hacerse con una plantilla…entrar en blogger o wordpress, seguir las instrucciones y voila (vualá como dicen los franceses), listo…..ya está ¿Y ahora qué? ¿Ya se es bloguero? Abrir un blog, hacer un blog…no significa ser “blogger”.
Pienso que para ser blogger hay que tener ganas, dedicarle tiempo, adquirir y compartir conocimientos (en mi caso recetas de cocina); es gestionar un espacio virtual con constancia, criterio e incluso disciplina….ser fiel al compromiso adquirido con las personas que siguen el blog, con quienes leen las entradas o buscan las recetas e incluso con las historias y recuerdos que en mi caso suelo contar.
Pero ante todo, ser blogger es disfrutar siéndolo.
Disfrutar cocinando sin ser cocinera, disfrutar de la gastronomía en todos los sentidos sin ser foodie y ante todo disfrutar escribiendo un blog de recetas de cocina…..siendo bloguera.
No suelo ir a los restaurantes con la cámara de fotos en la mano, ni tan siquiera con el móvil, no sólo porque me avergüenza el realizar fotografías en público de los platos que hay en mi mesa, también por respeto a los comensales (mejor dicho al comensal, la gran mayoría de las veces) que me acompañan….sino porque cuando salgo voy a disfrutar de una comida y de la compañía.
Ello no quita que cuando encuentro un plato que me gusta, que me asombra o que no he llegado a preparar, o no conocía…..lo prepare. En ésta ocasión, descubrí un restaurante gracias a mi hijo, fui, probé…..en la carta indicaba: Croquetas de carrillada ibérica guisadas al vino rondeño con mayonesa de kimuchi.
Y lógicamente, pensé…..¡¡ magnifica idea !!. Cuando haga las carrilladas (también las llamo carrileras), dejo algunas para hacer croquetas incluyendo su salsita…..y preparo la mayonea dándole ése toque oriental. Por supuesto, la acompaño como en el Gastrobar…con un poco de puerros fritos. ¡¡ Y las hice !!
Por cierto, la salsa kimuchi, es un ingrediente esencial en la cocina oriental, es muy salada y con toques picantes, cuya base primordial es chili rojo y pescado en salazón. Se puede comprar en cualquier establecimiento especializado e incluso en grandes supermercados.
Y así, como una verdadera “foodie”, como si de una cocinera me tratara…disfruté e hice las croquetas y como buena bloguera, publico la receta y las comparto sin obligación y feliz de que puedan aprender (si no la conocen) a prepararlas.
¿Cómo las hice?
Ingredientes para la masa:
Dos carrilleras ibéricas ya preparadas, al vino tinto….((AQUI encuentran la receta) con su salsa correspondiente, una taza de harina, dos tazas de leche entera, un huevo, pan rallado.
Ingredientes para la mayonesa:
Un huevo, medio vaso de aceite de girasol y una cucharadita pequeña de salsa kimuchi.
Para acompañar: un trozo de puerro cortado en finas tiras y aceite para freir.
Los pasos a seguir:
En la misma cacerola donde he preparado las carrilleras de cerdo ibérica, con la salsa de cebollita y vino que queda inclusive, desmenuzar la carne en trozos lo más pequeños posible.
Poner en el fuego y cuando esté caliente, incorporar la harina, remover bien, dorándola durante un minuto; así se consigue que no sepa a cruda.
Eso sí, procurando no quemarla porque si no amargarán.
Añadir seguidamente la leche (si queda demasiado seco pueden añadir un poco más de leche), removiendo con unas varillas procurando que no queden grumos.
Llevar a ebullición, removiendo con una paleta de madera, hasta que espese y no se pegue en las paredes de la cacerola. Hay que procurar que queden ni muy espesa, ni demasiado clara.
Pasar la masa a un recipiente, suelo usar una fuente.grande.
Taparlo con film transparente especial para cocina, así no le saldrá costra y dejarla enfriar a temperatura ambiente.
La masa requiere un tiempo de reposo antes de darle forma. Yo suelo dejarla como mínimo unas cuatro o cinco horas.
Cuando la masa esté bien reposada y fría, comenzamos a empanar las croquetas, para ello preparar los elementos necesarios:
Batir en un plato los dos huevos con un pellizquito de sal; es conveniente batir durante uno o dos minutos a fin de que no queden partes de la clara sin batir bien, ya que se quedarían adheridos a la croqueta y caerían al pan rallado al rebozarlas, y lo llenaría de grumos. Si esto ocurriera, retirar con las manos.
En un cuenco con bastante fondo (a ser posible de plástico para que se pueda manejar bien), echar el pan rallado.
Un plato llano y el recipiente donde vayamos a colocar las croquetas.
Lógicamente y es obvio, las manos tienen que estar bien limpias o usar guantes especiales para cocinar (los que suelen usar los cirujanos….).
Coger una porción de la masa con la mano derecha; posar la mano izquierda en el pan rallado quedando éste adherido en parte en la palma lógicamente.
Poner la masa en la palma y haciendo movimientos tanto con las palmas de las manos, como con los dedos, ir dando la forma de croqueta e ir dejándola en el plato llano. Unas al lado de otras, hasta que las tengamos todas hechas.
Ir empapando las croquetas (suelo hacerlas de siete en siete…manías que tiene una en la cocina) en el huevo batido de forma que queden totalmente cubiertas de huevo batido.
Cogerlas una a una, escurriendo y pasándolas al cuenco de pan rallado, haciendo movimientos envolventes con cierta “energía”, de forma que irán rozando unas contra otras quedando el pan rallado bien adherido, lisas y redondeadas.
(En ésta ocasión le dí forma redondeada siguiendo la tónica y la forma del gastrobar en cuestión, aunque a la mayoría les dí la forma normal y corriente por petición de los comensales de Mi Cocina).
(En ocasiones, sobre todo si me sobra huevo, suelo hacer un “doble rebozado”, pasándolas nuevamente por huevo y pan rallado, dándoles una mayor consistencia a la croqueta).
Antes de freir las croquetas es conveniente dejarlas que tomen “cuerpo” en el frigorífico durante unas cuantas horas como mínimo. Suelo tener un recipiente especial para ello con su tapadera correspondiente.
En éste momento se pueden congelar, descongelando totalmente, a temperatura ambiente antes de freirlas.
A la hora de freírlas se puede hacer en sartén, una cacerolita con fondo o en freidora (ésta última es mi preferida, donde siempre las hago). Lógicamente aconsejo aceite de oliva y que el aceite esté bien caliente y siempre, durante toda la fritura, a temperatura constante.
No echar en el recipiente muchas croquetas a la vez (bajaría la temperatura del aceite y las croquetas quedarían grasientas) y que éstas queden sumergidas por completo en el aceite bien caliente como he indicado anteriormente .
Una vez fritas las croquetas (deben quedar bien doraditas), escurrirlas bien (la freidora ya tiene una cestita para sacar las piezas del aceite; si se usa sartén u otro recipiente usar un colador para freírlas) y posteriormente colocarlas en un papel de cocina a fin de que éste absorba el excedente de aceite.
Hacer la mayonesa:
En un vaso de la minipimer echar el huevo y el aceite. A máxima potencia con el brazo en el fondo esperar un minuto, ir subiendo y bajándolo hasta conseguir la textura deseada.
Añadir en ése momento una cucharadita pequeña (de café) de salsa kimuchi y mezclarlo con la mayonesa. Probar y rectificar al gusto, no olvidar que no se le debe añadir sal ya que el kimuchi ya tiene bastante, hasta que esté con un sabor suave y levemente picante. Reservar en el frigorífico.
Cortar el puerro en tiras y freírlo, salando previamente, en aceite de oliva. Una vez frito, escurrir bien y dejar sobre papel de cocina a fin de que absorba el aceite sobrante.
Al emplatar…..echar con una cuchara una porción de salsa mayonesa con kimuchi, colocar encima las croquetas y adornar con el puerro frito.
¡¡ Disfruten de la cocina, de la buena mesa, un buen vino, pero sobre todo en la mejor compañía a ser posible…….!!