Hace unos días mi PC no quería funcionar bien. Los archivos parecían la Susanita de Quino: los que no estaban preñados y habían duplicado su tamaño, habían tenido hijitos; caminaba lento como una mujer embarazada y estaba igual de emotiva: dos por tres me hacía pataletas. Obviamente me había entrado un virus a la máquina, motivo ya de por sí, muy molesto. Pero todavía más molesta es esa costumbre de la gente de decirte: “Yo te dije…”
Y sí, mi amiga me había dicho que instalara Linux, en vez de Windows, y entre la enumeración de beneficios estaba el que los virus raramente las atacaban.
“Vos sos demasiado confiada,” me dijo mi amiga, para recalcar su punto. “Seguro le decís que sí a la mayoría de los cambios al equipo.”
Y sí, tiene razón; casi cada vez que Windows me pregunta si confío en un sitio o un programa y le permito hacer cambios en el equipo, le digo que sí y que sea lo que Dios quiera; para eso tengo el antivirus, ¿no?
Después de haber desinfectado mi PC, y vuelto a la normalidad, hubo una idea que quedó rondando. ¿Por qué me resulta tan fácil confiar en sitios web y programas anónimos, cuando me resulta tan difícil hacerlo en mis relaciones personales?
La verdad es que soy bastante complicada cuando se refiere a la confianza. Tengo problemas para confiar y abrirme a las personas. Muchos problemas. Poca gente me conoce de verdad. Soy compleja, algo paranoica y tengo muchas capas, como los ogros, ¿o eran las cebollas?
¿No sería maravilloso ser como Linux? Podríamos ser muy fuertes, los virus no nos infectarían; sin espías ni troyanos que se metieran tras nuestras defensas para después atacar cuando más daño pueden hacer. O bueno, si somos demasiado Windows como para poder funcionar así, ¿no estaría buenísimo poder descargar software para protegernos?
Podríamos poner en cuarentena a la gente antes de confiar en ellos, o tener algún programa de spyware que nos dé mensajes como éste: “Advertencia, este hombre puede estar corrompido. Recomendación: no proceder.” O incluso podríamos crear cadenas del tipo: “¡Cuidado! Fulanito de tal es conocido por haber roto los corazones de múltiples mujeres. Una vez que se introduce en su vida, acapara sus pensamientos, multiplica sus dudas y finalmente borra toda su autoestima. Por favor, reenviar este mail a todas tus amigas.”
Pero sobre todo, estaría muy bueno poder presionar ALT+F4 sobre las relaciones fallidas o darle CTRL+ALT+SUPR al desamor, ¿verdad?
EriSada