Cuaderno de estilo: La elegancia y la moda

La sencillez puede ser la clave de la elegancia, un diseño de Jesús del Pozo

La elegancia. Puedes verla moviéndose por las calles, sin excesos, sin exagerados contoneos, es muy discreta. Normalmente no va vestida de grandes firmas porque es un talento innato, natural. No intentes atraerla porque es efímera y escurridiza. Se te escapa de entre los dedos cuando crees firmemente haber creído alcanzarla.

Sí es cierto que la moda puede ser su compañera, y en cierta medida su complemento. Pero creo firmemente la anhelada elegancia podría sobrevivir sin ella. La moda fluye, hasta a veces convertirse en un esperpento y otras en la seña de identidad de una época . Podrían hacerse mentalmente el paseo por las décadas del no tan alejado siglo XX, y les invito a hacer una reflexión: ¿Dónde está la elegancia?

Viajen al pasado para contemplar el glamour de la Belle époque o la brillante oscuridad de los años 20, marcada por figuras bailando en un eterno cabaret. Los flecos, los sensuales labios rouge que vestían a las mujeres más atrevidas sin perder un ápice de elegancia. Numerosos diseñadores se han inspirado en esta época de forma acertada dando a sus creaciones la maravillosa chispa de los años 20 que te atrapa.

Diseño de Duyos, ejemplo de elegancia y moda

Pueden pasar por alguna otra época más variopinta, como el pop de los años 60, con sus atrevidas minifaldas gritándole al mundo que las piernas infinitas no eran fruto de la imaginación humana. O tal vez, y por qué no, acordarse de las hombreras de los años 80 dando forma al cuerpo de una jovencísima Madonna.

Existe un elemento fundamental en el recorrido por la moda a través del tiempo que debería ser recordado en la actualidad: la elegancia. Elegancia que da vida a la moda, porque ésta última es como un niño que debe ser guiado, un cuerpo inanimado o torpe que apenas podría caminar sin tropezarse.

La elegancia es calidad, no abunda. Pero la moda se propaga sin control, sin personalidad y, hoy en día, a veces sin el espíritu que el estilo y la elegancia le otorgan.

Un texto de Jen Blanco

ruta42

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