Revista En Masculino

Cuando el mundo era un juguete

Por Papacangrejo @Papicangrejo
Cuando el mundo era un juguete

Eran poco más de las 7:30 de la mañana cuando me he visto a mi mismo buscando por casa la fiambrera de cangrejín.


No puedo negar que me he enfadado un poco, a esas horas y recién levantado necesito que las cosas fluyan, que vaya todo suave, y tener que buscar la fiambrera del peque por la casa no me ha sentado bien.

Mientras la iba buscando por el comedor, en su cajón de los juguetes, etc. me he descubierto con una queja tonta en la cabeza: "Es que para este niño todo es un juguete".

Enseguida ha surgido un pensamiento en mi cabeza, un recuerdo de cuando yo a un tenía la capacidad de ver como cualquier objeto era susceptible de convertirse en un juguete lleno de diversión. He recordado de uno de mis juegos favoritos cuando era pequeño.

Me encantaba tumbar alguna de las sillas del comedor, sentarme en el respaldo, coger el asiento como si fuera el volante e imaginar que era una nave espacial o un coche de carreras. Como el respaldo era curvo me permitía inclinarme hacia los lados y hacer que la silla tumbara hacia los lados, fue mi primer simulador 3D, 4D o 9D.

Cuando mi madre me veía siempre me decía "vas a romper la silla, levanta que no es un juguete", y tenía razón, era un coche de carreras y un nave espacial.

He encontrado la fiambrera con sus juguetes, con algunos miembros de la patrulla canina en su interior, quizás la transformó en su casa, su cama o en el patrulla bus. Para ese momento mi enfado ya se había evaporado, el recuerdo de aquellas sillas mágicas me había quitado el traje de la responsabilidad, de las prisas y el deber devolviéndome el pijama de la diversión, de la magia y la diversión.

Tengo que dejar a un lado las prisas y disfrutar más de la fantasía y la magia de los juegos de mis hijos, sólo así haré que el tiempo importe.


Cuando el mundo era un juguete




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