Revista Medio Ambiente

Cuando la pasión no cae del cielo

Por Valedeoro @valedeoro

pasos

Se supone que tener una vida plena y feliz es muy fácil: “solo” tienes que encontrar tu pasión y dedicarte a ella. El universo se encargará de que tengas éxito y vivieron felices para siempre. Los retos empiezan el día que quieres tomártelo en serio: ¿dónde está tu “verdadera” pasión?

Pasión: interés + sufrimiento

La pasión es más que el simple interés y las ganas de pasarselo bien. Para que una actividad sea una pasión es necesario que aceptes el sufrimiento con el fin de mejorar tu rendimiento. La pasión te exige que mejoras y las mejoras cuestan. Si no te cuestan no estás avanzando y has convertido tu pasión en un simple pasatiempo.

Esta noción de que será difícil avanzar no es muy popular. Quiero todo y lo quiero hoy. Nadie quiere invertir tiempo y energía. Nadie quiere comprometerse con un camino que a lo mejor costará de recorrer. Todos buscan una pasión fácil que de sus frutos mañana para poder publicar otra historia de éxito, omitiendo los detalles de lo mucho que costó crear este éxito.

A veces me pregunto dónde están todas estas historias de no-éxito. Proyectos fracasados y pasiones abandonados porque el camino resultó ser más difícil de lo previsto.

Con o sin pasión, necesitas habilidades

No importa si tienes múltiples pasiones o ninguna. No hace falta decidir ahora cuál será tu pasión para los próximos diez años. Probablemente lo que harás en diez años todavía ni existe.

Lo que sí importa es que hoy empieces a ampliar tu horizonte, aprendiendo algo nuevo o mejorando lo que ya haces bien. Mejorar no significa repetir. Mejorar significa hacer un esfuerzo premeditado de exigirte un poco más de lo habitual. Así crearás habilidades que más adelante te pueden servir no solo para buscar tu pasión, sino para crearla.

Habilidades que apasionan

Alcanzar un objetivo, resolver un problema o cumplir un reto te hacen sentir bien. Es la premisa básica de juegos como Candy Crush. Cada nivel te presenta un nuevo reto y ahí estás, enganchada a eliminar bombones. De la misma forma te puedes aficionar a otro tipo de actividades. Te puedes aficionar al hecho de escribir cada día, a aprender japonés, a jugar cartas o a programar en phyton. La clave está en avanzar cada día un poco más, definiendo hitos claros a lo largo del camino.

Si eres la mejor en tu campo podrás escoger a qué dedicar tus habilidades. Las oportunidades vendrán hacia ti. No tendrás que “buscar” tu pasión, te encontrará ella.

No busques tu pasión, busca la excelencia

Muy pocas personas convierten su pasión en su negocio. Es mucho más común que las personas se apasionen por lo que hacen. Hasta Steve Job tenía otros intereses hasta que vió la oportunidad de hacer un dinerito rápido con unas placas de ordenador. Fue la insistencia de su amigo que le hizo participar en el proyecto, no una pasión premeditada por el diseño de ordenadores. Su pasión por sus productos nació de la excelencia, y no al revés.

Notase la diferencia: la pasión no fue la condición preliminar, sino el resultado. Si eres la mejor de tu campo puedes escoger a qué dedicar tus habilidades. Puedes influenciar cómo gestionar tu trabajo. Puedes escoger entre las oportunidades que se te presenten, porque sabes lo que haces.

Práctica, práctica, práctica, pasión

La pasión nace de la excelencia. Así que para encontrar tu pasión hace falta dedicación y paciencia (ambos quizás menos interesantes que el sueño de los ingresos pasivos de internet). Dedicación para convertirte en experto de tu area y paciencia porque no es algo que se construye de la noche a la mañana.

Así que, dedícate! ¡Actúa! ¡Hazlo! No te quedes parada en la discusión sobre cuál será tu verdadera pasión y empieza a experimentar. Y cuándo las cosas se ponen difíciles: persiste. Cuando los demás se quejan o abandonan sus intentos, es tu oportunidad. Será esta persistencia que te diferenciará de la gran mayoría.

PD: ¡Ojo! Dedicarte no significa simplemente echarle más horas, sino tener un plan claro para avanzar hacia tu objetivo de ser el o la mejor. Necesitas definir tus niveles de éxito, como si de Candy Crush se tratara. El plan estratégico de felicidad te puede apoyar en esta planificación.


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