En ocasiones la realidad supera a la ficción, sobre todo cuando desastres naturales que hemos visto representados en determinadas películas ocurren y los límites entre lo real y lo ficcional no parecen tan claros. Ha sido el caso de “Más allá de la vida”, la película de Clint Eastwood inspirada por el Tsunami del pacífico de 2004, cuyas imágenes de inicio han encontrado desgraciadamente un eco en las instantáneas de lo ocurrido en Japón hace apenas unos días. Warner ha decidido retirar la película de las carteleras niponas a una semana de su estreno. Veremos qué sucede con el rodaje previsto para este verano de “The Impossible” la segunda película de Juan Antonio Bayona, cuyo argumento gira en torno a la historia real de una familia que sufre las consecuencias del mismo Tsunami con que empieza el filme de Eastwood.
En la película de Eastwood, uno de los protagonistas busca desesperadamente a su amante en un enclave paradisíaco de Tailandia arrasado por el maremoto de 2005. En la foto que ha dado la vuelta al mundo en los últimos días, una mujer japonesa observa absorta las ruinas que han dejado las olas a su paso. A veces cuesta distinguir entre realidad y ficción. Que se lo digan a Ángel Sala, director del festival de Sitges, acusado de exhibición de pornografía infantil por permitir la proyección de “A Serbian Film”, una ficción horripilante- pero una ficción al fin y al cabo- en donde un hombre viola a un recién nacido. Al parecer cien años de cine no son suficientes para que se entienda la naturaleza de lo proyectado en una pantalla cinematográfica.