Cuando la vida corre deprisa,
Corre a un ritmo desenfrenado,
Un ritmo demasiado rápido,
Demasiado veloz para un ataque de risa.
Un ataque de pánico enfervorecido,
Pánico a un cadáver enloquecido,
Un cadáver demasiado exquisito
O demasiado tiempo en refrito.
Tiempo escaso de contar,
Escaso en su esencia,
Una esencia de mar,
El mar en su presencia.
Presencia de almas incorruptibles,
Almas adobadas a la sazón,
Adobadas sin razón,
La razón de los locos volubles.
Esos locos de atar,
De atar los cordones,
Los cordones de los botines,
Botines difíciles de enlatar.
Enlatar con estima,
Esa estima que escasea y mucho,
Pero escasea más la lima,
La lima en el serrucho.
Serrucho como connotación sexual,
Connotación de cinco tenedores,
Tenedores de miles de amores,
Amores en clave desigual.
Desigual en casi todo,
Todo en orden,
Orden en el apodo,
Apodo corriendo hacia el andén.
Andén para esta historia casi real,
Historia que necesita un final,
Final de manera excepcional,
Excepcional, pero muy normal.
Simón de Eiré