Como ya he dicho en reiteradas oportunidades que he tenido para callarme, en estos tiempos de bilardismo argento y de la Colombia pekermanista, sin comprarme la camiseta amarilla ni tomar más café ni adoptar el maravilloso acento caleño, he decidido hacerme hincha de Colombia, sin que mi país sintiera falta alguna.
Cuando era muy chico, me atrajeron mucho los estilos descomplicados de futbolistas como René Higuita, Leonel Álvarez, Carlos Valderrama, y antes de haber entendido nada de fútbol a pesar de haber nacido como todo argentino pobre con una pelota abajo del brazo, ya era admirador del seleccionado colombiano de fútbol. Además, el color amarillo siempre causó en mi mundito un placer especial.
Ya de más grande, descubrí que Colombia es el paraíso cuando empecé a conocer chicas colombianas que están una mejor que la otra. Definitivamente, Colombia, especialmente Cali, me enamoró para siempre, como dice la niñita que canta en el video, son como las flores. Al mismo tiempo me hice unos amigos colombianos que son muy buena gente y que hasta el día de hoy me siguen aguantando. No los nombro porque tienen nombres muy raros que nunca pude recordar, además no entran a este humildísimo blog.
Tenía ganas de recordar, sin muchas pretensiones, la belleza colombiana, tanto del fútbol como de la gente, y de las minas que están buenísimas. Por tal motivo es que he creado esta entrada que aquí llega a su fin. Así de fácil, corta la bocha, más claro echale movistar.