¿Por qué cuando estoy a punto de tomar una decisión importante en mi vida siempre sucede algo que me lo impide? Si alguna vez te ha pasado esto, te interesa leer lo que cuento a continuación.
Éste es un artículo escrito desde el corazón. Escrito desde mi experiencia. Escrito con pasión. Porque es precisamente la pasión la que nos transforma y permite que rompamos con algo que nos duele, que nos paraliza, que nos estanca.
Hoy mi post va de decisiones. Y va de decisiones porque son precisamente las decisiones las que condicionan toda nuestra vida.
Porque veo a demasiadas personas que no se atreven, que se quedan a mitad de camino, que no avanzan, que no toman la decisión que cambiará sus vidas.
Porque yo me he pasado demasiados años aplazando una decisión importante. Porque mi mente astuta conseguía engañarme en cada intento de cambio. Porque siempre sucedía algo a mi alrededor que me paralizaba. Porque siempre encontraba excusas.
Cuando llegaba ese momento de lucidez a mi vida, cuando de repente oía el susurro de mi yo interior que me decía que sí podía, que todo estaba en mis manos... algo sucedía a mi alrededor.
Era alguien que se ponía enfermo en mi familia o algún problema importante de índole económica o una discusión familiar que me hacía retroceder y pensar que no, que no era mi momento. La búsqueda de supervivencia y seguridad que nuestro cerebro tanto necesita.
Ya sabes que a nuestro cerebro no le gustan los cambios ni tampoco pretende que seamos felices, sólo quiere que sobrevivamos. Por eso a nuestro cerebro le gusta tanto la famosa zona de confort.
Pero antes de empezar, déjame decirte algo que no te va a gustar (a mí tampoco me ha gustado): "Según las estadísticas, el 97% de la gente jamás alcanzará el nivel de vida que desea y merece tener. Este 97% terminará sus días arruinado, desesperado y con un bajo nivel de salud". Lo leía el otro día en el blog de Laín García Calvo y se me ponían los pelos de punta. ¿Y sabes por qué ocurre esto? Porque, según comenta esta autor, ese 97% de la población no invierte su tiempo, dinero ni esfuerzo en su crecimiento personal. Y está abocado al fracaso. Así de triste.
El verdadero problema de la indecisión
El problema de toda mi vida era que nunca terminaba de decidirme.
Y hasta parece que el mundo se pone en nuestra contra cuando queremos tomar una decisión importante.
Ahora mismo lo veo de una forma muy diferente: si a pesar de todas las dificultades que me va poniendo la vida en forma de excusas, apuesto por esa decisión que puede suponer un antes y un después en mi vida, entonces estoy apostando realmente por mi realización y mis sueños.
El otro día leía en el libro de Laín García Calvo, "La voz de tu alma", una frase que no me dejó indiferente:
Hablamos de nuevo del autoengaño, de posponer siempre esa decisión clave, diciéndote algo así como: lo voy a hacer más adelante, mañana, el mes que viene, el año que viene...
Fue ese no terminar de decidirme lo que ha hecho que tuviera la vida que tuve: inseguridad, estancamiento, un trabajo insatisfactorio, una baja autoestima.
Y la experiencia muchas veces nos demuestra que no son más que excusas que nos ponemos para no salir de nuestra zona de confort.
Si no lo haces hoy, igual no lo haces nunca. Lo digo por experiencia. Yo aplacé mi decisión de encontrar mi propio camino. Y el día que sí decidí hacerlo me di cuenta de que simplemente era miedo.
Seguramente a ti te ha pasado: tienes de repente un momento de lucidez en el que ves claro que este es el camino que necesitas tomar ahora... Algo en ti dice: "esto es para mí", probablemente la voz de tu yo interior, de tu intuición.
Pero si dejas pasar algún tiempo, el miedo, la necesidad de seguridad y los viejos patrones se adueñan de nuevo de tu identidad. Vuelves a la rutina y encuentras alguna o miles de excusas para no hacerlo.
Es por eso que muchas personas dicen que quieren cambiar e iniciar un proceso de coaching, pero al cabo de un tiempo se arrepienten. Me ha pasado a mí y conozco a no pocas personas a las que les ha pasado.
"Lo que diferencia una persona exitosa de una fracasada, no es su talento, su habilidad o su pasado. Sino el crecimiento personal que haya tenido" Laín García Calvo.
Cuando la indecisión se adueña de tu identidad
Indecisión. Éste ha sido el patrón de toda mi vida. De hecho generó en mi una manera de ser: una identidad. "Soy una persona insegura", "me cuesta tomar decisiones", "tengo miedo a equivocarme". ¿Te suena? Apuesto a que sí.
Esa indecisión me convirtió en alguien inseguro, indeciso... cobarde (aunque me duela utilizar esta palabra, pero lo fui durante muchos años, no voy a engañarme).
Y era precisamente la indecisión lo que me mantenía en el lugar en el que estaba.
Y es precisamente la indecisión la que probablemente te mantiene donde estás.
Alguna vez te has dicho: quiero cambiar. Y empezaste a leer libros de desarrollo personal, a visitar blogs y webs, a seguir conferencias y charlas en Youtube, incluso te apuntaste a algún taller o curso de coaching, tapping o Reiki, por poner un ejemplo.
El caso es que sentiste esa necesidad, esa pulsión por cambiar, por crecer, por ser alguien más en la vida. Sea al nivel que sea: personal, profesional, espiritual.
Pero tu vida no ha cambiado mucho desde entonces. Tu cambio ha sido muy lento y a veces notas que esto del desarrollo personal no va a ninguna parte.
Yo también he estado allí. Porque mi indecisión no me permitía dar el paso definitivo, porque todavía dentro había demasiados miedos, demasiada necesidad de seguridad, demasiados prejuicios y complejos.
Y sobre todo, había que invertir en tiempo y dinero... en mí. Invertir en mí. Eso era lo que más me dolía. Esa era la verdadera barrera entre mis sueños y mi realidad. Ese era el miedo. ¿Quién soy yo para aspirar a ser grande? ¿Quién soy yo para merecer una vida mejor?
Por eso hoy quiero mostrarte una de las partes más brillantes y principales del coaching estratégico, una modalidad de coaching que sostiene que las decisiones que tomamos a diario enfocan por completo y crean nuestra vida actual.
Las 3 decisiones de tu vida
De esas 3 decisiones dependerá toda tu vida. Y esas 3 decisiones las tomas a diario, hagas lo que hagas, de forma automática o consciente.
1# ¿En qué me enfoco?
Éste es el primer aspecto más importante. Donde va el enfoque, va la energía.
La pregunta aquí es: ¿a dónde llevas tu energía? ¿Al pasado, al futuro, al presente, a ti, a los demás, al problema, a la solución, a la queja, a la gratitud, al interior, al exterior, a los recursos que te faltan o tu ingenio que es ilimitado?
Es increíble pero absolutamente todo lo que haces, sientes, piensas o decides lleva detrás un enfoque. Piensa en cualquier cosa que has hecho hoy y verás que hay detrás un enfoque.
Ante una misma situación, dos personas diferentes pueden tener un enfoque distinto. Imagínate que quieres progresar en tu profesión y realizarte. Puedes poner tu enfoque en lo que falta (no tengo recursos, no tengo tiempo, dinero, etc.) o ponerlo en el ingenio (es algo tan importante para mí que haré lo que esté en mi mano para poder crecer e invertir en un proceso de coaching: pasión, creatividad, imaginación).
2# ¿Qué significa esto para mí?
La segunda pregunta más importante después del enfoque es el significado. ¿Qué significa para mí esta situación? Imagínate la misma situación: quiero realizarme profesionalmente pero no tengo recursos para invertir en mi desarrollo.
Una persona puede darle un significado de peligro: "cambiar de trabajo en los tiempos que corren es una locura". Otra le da un significado de dificultad: "cambiar de trabajo y emprender es muy difícil o imposible en mi situación". Mientras que una tercera persona puede verlo como oportunidad: "esto que está sucediendo ahora es de vital importancia para mí y es una oportunidad para mi crecimiento".
3# ¿Qué voy a hacer con respecto a ello?
En función del enfoque y significado, es decir, las dos preguntas anteriores, se genera un estado emocional determinado y actuamos en consecuencia.
Si me enfoco en mis limitaciones, en la falta de recursos, en las personas que conozco que no lo han conseguido y al cambio laboral le doy un significado de peligro o dificultad, seguramente no tome la acción de cambiar.
Mientras que si me enfoco en mi potencial, mi ingenio, en las personas que sí lo han conseguido y al cambio profesional le doy un significado de crecimiento y oportunidad, seguramente sí lo intente.
Cambia el enfoque y cambiará tu vida
Como te decía, el enfoque lo decides tú. Es cierto que detrás de un determinado enfoque hay toda una serie de creencias, ideas y patrones recurrentes, etc. Si en tu familia siempre se han enfocado en el peligro y te han dicho que no hay que correr riesgos, probablemente tú también te enfoques en el riesgo y no pases a la acción. Y viceversa.
Afortunadamente hoy podemos ser libres de estas creencias, viejos patrones, limitaciones... y tenemos la capacidad de decidir cómo dirigir nuestra vida. Sé que no es fácil. Uno sólo muchas veces no puede, por eso es tan importante la figura de un guía o un coach que nos ayude a superar las viejas creencias y viejos enfoques.
Si cambias el enfoque, también puedes cambiar el significado y en consecuencia la emoción. Y así tomarás otro tipo de decisiones, no basadas en el miedo, sino desde el amor y la abundancia. El resultado, por tanto, también podrá ser distinto.
Si tu sueño es vivir una vida plena, una vida con sentido, realizarte, crecer, ser libre y contribuir... pero te estás enfocando en tu falta de recursos (tiempo, dinero, experiencia, etc.), en el peligro, en la falta de seguridad y en la escasez, siento mucho ser tan directa: no vas a poder conseguirlo.
El verdadero cambio empieza desde dentro. Incluso antes de que haya acontecido nada en el exterior. El verdadero cambio parte de tu yo interior, tu esencia, intuición o alma.
Parte de esos momentos de lucidez, en los que de repente ves la luz y te dices: "soy capaz de cualquier cosa que me proponga, ¿qué me detiene?, ¿por qué tengo que aguantar, sufrir, seguir en ese estancamiento?".
El verdadero cambio comienza con el enfado, cuando ya no quieres seguir como estás, cuando te rebelas contra ti mismo, las circunstancias, los problemas, las apariencias, el qué dirán, lo que falta, lo que aún no es perfecto...
Y ahora llega el momento de la verdad: ¿qué decisión que te asusta vas a tomar hoy? Por pequeña que sea, puedes intentarlo. En realidad, intentarlo o no sólo depende de ti.
Coaching estratégico para vivir la vida que quieres
Si tu decisión tiene que ver con tu futuro profesional, aún sigue habiendo alguna plaza en mi nuevo programa El Sendero de tus Sueños. Una apuesta muy valiente por tu autorealización. Es mi producto estrella, mi programa VIP que sólo ofrezco de manera exclusiva a pocas personas, porque en él doy todo lo que sé como coach, mentora y formadora.
Un trabajo individual conmigo, de tú a tú, de 3 a 4 meses de duración. 10 sesiones de una hora. Hojas de ruta con ejercicios. Retos personalizados. Formación. Experiencia. Crecimiento.
A muchos les parece una inversión elevada, yo también pensaba así hace años. Pero sinceramente un proceso de coaching estratégico es algo realmente potente y transformador en la vida de las personas. Lo digo por experiencia propia, porque para mí supuso un antes y un después en mi vida.
¿Qué valor tiene para ti crecer, progresar, alcanzar tus metas y sueños? ¿Cuánto vale vencer tu vieja identidad limitante y sentir que tienes un enorme potencial para conseguir todo aquello que te propongas?
Recuerda que la decisión importante que no tomas, la decisión que aplazas mes tras mes, años tras año, es precisamente la decisión que jugará un papel crucial en tu vida, la que te hará subir de nivel, lograr tus metas y sueños.
Aunque también puedes quedarte como estás y enfocarte en no perder lo que tienes, como hice yo misma durante años. Porque ya lo sabes: la decisión está en tus manos.