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Mientras seguimos a la espera del pasaporte y disfrutamos de un tiempo de relax en Craiova con la familia y amigos, este sábado nos fuimos de excursión por la región. Los padres de Ale, llevaban ya una temporada queriendo llevarme a ver Targu Jiu, a 100 km de Craiova dirección Norte. Así pues los cuatro nos metimos en el coche por la mañana y nos fuimos a ver la región.
El primer destino fue Peștera Muierilor, La cueva de las mujeres, en el condado de Gorj, en Baia de Fier (literalmente bañera de hierro). Los parajes según te vas acercando a la entrada son impresionantes, con las gargantas a los lados de la carretera donde se asienta la cueva. La entrada a la misma es cada hora y cuesta un poco más de dos euros y otros dos si quieres hacer fotos o videos (aunque después esto no se comprueba y mucha gente hacía fotos sin tener ticket extra). Existe un mínimo de visitantes 4 personas para entrar y paradojicamente, no existe un máximo, en nuestro caso nos encontramos con un gran grupo esperando y seríamos un poco menos de 100 personas dentro…
Salida de la cueva – Exit from the cave
La visita a la cueva dura una hora y es interesante ver la cueva y oir su historia (si sabes rumano o tienes traductor :)) La cueva recibe ese nombre por las mujeres que se refugiaban en ella durante la guerra. En la cueva también se han encontrado restos humanos de una antiguedad de entre 40.000 y 30.000 años, curiosamente los restos hallados son también de una mujer. Otros “expropietarios” de la cueva fueron los osos prehistoricos, de los cuales se pueden encontrar un esqueleto totalmente montado en la cueva. Según avanzábamos/gateabamos por la cueva ibamos descubriendo nuevas salass con diferentes formas de las estalactitas o diferentes habitantes, que sería del tópico de Rumania sin murcielagos 😮 aunque no llegamos a verlos si que pudimos ver sus restos de guano, o en otras palabras más claras, su mierda… La visita en general merece la pena si estás por la zona y si tienes tiempo disfruta de un paseo de senderismo por la zona, aunque no tuvimos tiempo la cosa prometía.
Antiguo casero – Old landlord
Nuestro siguiente destino fue Targu Jiu donde pararíamos para comer y admirar las obras de Constantin Brancusi, el patriarca de las esculturas de arte moderno. Que para ser sinceros nunca antes había oído hablar de él, pero después de informarme un poco quedé impresionado, una de sus esculturas obstentó el record de venta por el pequeño valor de más de 57,300,000, no me he pasado con los ceros son 57 millones de Dólares, tiene esculturas en muchos de los museos más importantes del mundo, como el MoMA de Nueva York, o el museo nacional de arte moderno de París. Es decir que si no lo conocías antes, igual que yo, ahora es una oportunidad para investigarle 🙂
La columna infinita… – The endless column…
Volviendo a Targu Jiu, viniendo de las cuevas de las mujeres entraras en la ciudad por el parque de la columna infinita, una de las obras de Brancusi, que simboliza la defensa protagonizada por los rumanos contra las tropas invasoras de la entente, en la primera guerra mundial. Después de esta visita nos paramos para comer detrás del ayuntamiento donde hay un restaurante que merece la pena ir. Para empezar pedimos Ciorba de burta “Sopa de tripa”, que es algo así como los callos en España, muy rico! De segundo pedimos varias cosas tradicionales de Rumanía, las cuales sumadas a la sopa hizo que estuviera a punto de rebentar. Ale y su madre por suerte para ellas no habían pedido la sopa. Para finalizar y bajar un poco la comida pedimos unos cafés, en mi caso un Frappe Latte por el calor que hacía. Cuando lo ví llegar se me escapó un joder en alto. La foto habla por si misma…
Solo pedí un Frappe! – I only ask for a Frappe!
Después de comer nos fuimos al parque a ver las otras dos estatuas de Constantin Brancusi, la puerta del beso y la mesa del silencio. Advertencia, ni se te ocurra tocarlas, ni sentarte por error, ya que te puede caer una multa, como le paso a una familia a la cual su hija se subió en una de las “sillas”. El parque y el conjunto donde están es muy bonito y merece la pena ir a visitarlo. Se encuentra cerca del río y hay zonas donde se puede sentar uno a descansar, tomar algo o jugar una partida al ajedrez con la gente del lugar.
La siguiente y última parada fue el monasterio de Tismana, otro gran desconocido para mi, que está a 30 Km de Targu Jiu. El monasterio está “escondido” en una zona montañosa y fue fundado a finales del siglo XIV, lo que lo convierte en uno de los más viejos de Rumania. Algunos arqueologos han encontrado restos de fortalezas Dacias en la zona, lo cual indica que el sitio no era tan desconocido. En la actualidad existe una carretera accesible al monasterio desde la localidad de Tismana, que te llevará a la montaña Starmina, donde se asienta el monasterio.
Directo de la montaña – Straight from the mountain
Cuando llegamos al monasterio estaban dando una misa, y se retransmitía alrededor del mismo através de los altavoces. El monasterio en sí es impresionante por su localización, como está cuidado, su arquitectura de estilo Bizantino, la tranquilidad que transmite, los frescos de los muros donde se cuenta parte de la historia de Rumanía, sus pequeñas sorpresas como una colección de cactus, un jardín escondido en la ladera de la montaña, una pequeña cascada en un lateral del muro, un pequeño cementerio para los habitantes del monasterio, los tesoros que tiene el monasterio… En definitiva es un sitio el cual merece la pena visitar si estás por la zona.
Pinturas – paintings
Más fotos:
Gran cupula – Great dome
Es una estalactita o una estalagmita – Its a stalactite or stalagmite
Paseo en familia – Family walk
El ayuntamiento – The townhall
La puerta del beso – The gate of the kiss
La mesa del silencio – The silent table
gnam gnam
Iglesia del monasterio- Monastery’s church
Entrada al monasterio – Entrance to the monastery
Cruz en el cementerio – Cross in the cemetery
English
While waiting for the passport and enjoying a bit the relaxing time in Craiova with the family and friends, we went on a trip in the area this Saturday. Ale’s parents were thinking already for a while to take me to Targu Jiu, 100km North from Craiova. So the four of us jumped into the car in the morning and went to discover the region.
The first destination was Peștera Muierilor, The Women’s Cave, in Gorj county, in Baia de Fier (literally the iron bath). As you’re getting closer to the entrance, the views are impressive, with the gorges dominating each side of the road that leads to the cave. The visits are allowed every hour and the price of the ticket is a bit more than 2 euros with an extra of 2 euros for the camera (although nobody checks this and many people were taking pictures without having this special ticket). There is a minimum of 4 visitors to enter and, paradoxically there is no maximum – we went in with a big group and we were almost 100 people inside…
Salida de la cueva – Exit from the cave
The visit lasts one hour and it is interesting to see the cave and hear its history (if you speak romanian or you have a translator :)). The name comes from the women who were hiding inside during the war. There were discovered human remains, most probably in between 40.000 and 30.000 years old – also belonging to a woman. Other “ex – owners” of the cave were prehistorical bears, whose skeleton can be seen in the cave. As we were going forward/crawling in the cave we were discovering new halls with different shapes of stalactites or different inhabitants- what other cliché about Romania, if not the bats: even though we did not see them, we could see the guano, or simpler said, their shit… The visit is worth it if you are in the area and if you have time, enjoy a bit of hiking in the surroundings; unfortunately if we did not have time, but the landscape was very promising.
Antiguo casero – Old landlord
Our next destination was Targu Jiu, where we stopped to eat and admire the works of art of Constantin Brancusi, the father of modern sculpture. To be honest, I had not heard about him before, but after a bit of research I was impressed, because some of his sculptures were sold for the record amount of 57,300,000; no, I did not add more zeroes, the amount was 57 million 300 thousand dollars. His sculptures are in some of the most important museums in the world, such as MoMA in New York, or the National Museum of Modern Art in Paris. Meaning that if you did not know him before, like me, it is a good opportunity to do some research :).
La columna infinita… – The endless column…
Coming back to Targu Jiu from Women’s Cave, you will enter the city along the Endless Column Park, one of Brancusi’s Works, that symbolises the resistance of the Romanians against the invading troops of the Triple Entente, during the First World War. After this visit, we went to eat behind the City Hall, where there is very nice restaurant, worthy of the visit. To begin, we asked for a Ciorba de burta – “Tripe soup”, similar to the “callos” in Spain, very tasty! For the second course, we ordered a few traditional romanian dishes, which, together with the soup, made me feel like I was going to explode. Luckily for Ale and her mum, they did not ask for the soup. To end this and help the digestion, we asked for coffees – in my case, a Frappé Latte because of the heat. When I saw it coming, I couldn’t stop myself from saying fuck. The photo speaks for itself…
Solo pedí un Frappe! – I only ask for a Frappe!
After eating, we went to the park to see the other two sculptures of Constantin Brancusi, The Gate of the Kiss and the Table of Silence. Warning, do not even think about touching them or sitting on them, because you will get a fine, like it happened to a family whose daughter climbed on one of the “chairs”. The park and the ensemble where they are is pretty and is worth the visit. It is near to the river and there are areas where you can sit and relax, have a drink or play chess with the locals.
The next and last destination was the Tismana monastery, unknown for me, that is at about 30 km away from Targu Jiu. The monastery is hidden in a mountain area and was founded at the end of the 14th century, which turns it into one of the oldest in Romania. Some archeologists discovered remains of Dacian fortresses in the area, which indicates that the place was quite known. Today, there is an accessible road to the monastery from the village of Tismana, that will take you to the Starmina mountain, where there is the monastery.
Iglesia del monasterio- Monastery’s church
When we arrived to the monastery there was a mass, that was transmitted outside, in the yard, through the speakers. The monastery itself is impressive for the location, for how it’s taken care of, its Byzantine architecture, the peace and quiet it transmits, the frescoes where part of Romania’s history is told, its small surprises, such as a cactus collection, a hidden garden in the mountain slop, a small waterfall on a side of the wall, a small cemetery for the monastery’s nuns and priests, the treasures that the monastery has… This is for sure a place that is worth your time if you are in the area.
Pinturas – paintings
More pictures:
Gran cupula – Great dome
Es una estalactita o una estalagmita – Its a stalactite or stalagmite
Paseo en familia – Family walk
El ayuntamiento – The town hall
La puerta del beso – The gate of the kiss
La mesa del silencio – The silent table
gnam gnam
Entrada al monasterio – Entrance to the monastery
Cruz en el cementerio – Cross in the cemetery
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