Cuidado con la peli que ves, tu perro depende de ella

¿Pueden las películas modificar nuestros gustos caninos? Quizá te sorprenda saber que un grupo de científicos ha publicado un trabajo en la revista PLOS ONE que parece tener suficiente base para demostrar que las películas pueden tener una influencia a la hora de elegir perro, pero no solo en las semanas o meses tras su estreno.

El llamado efecto Lassie (si claro, habéis acertado, es en honor a uno de los canes más famosos de la pequeña y gran pantalla) concluye que la aparición de ciertas razas en la televisión, cine, medios de comunicación, etc. puede influirnos a la hora de elegir a nuestro compañero. En cierto sentido es algo que experimentamos todos los días a través de los impactos publicitarios que nos bombardean diariamente y que en no pocas ocasiones determinan el perfume, coche, ropa o la marca de cereales que compraremos.

Para su comprobación fueron analizadas más de 80 películas con protagonistas caninos clasificando los distintos tipos de raza de acuerdo a los datos del American Kennel Club, constatando que la aparición de ciertas razas en las películas índice directamente en su popularidad incluso varios años después de su estreno.

Tras su estreno en 1943, el número de perros de la raza del protagonista de Lassie se incrementó alrededor de un 40% en dos años. Además los investigadores demostraron que la tendencia puede extenderse hasta una década después.

¿Sin embargo, esta forma de actuar es correcta? Ya os hemos hablado en post anteriores de los adversos efectos que sobre los perros, manifestado en número de abandonos anuales, tiene la adquisición compulsiva y carente de reflexión de animales que, en número ingente, son después abandonados por personas que no valoraron con suficiente rigor la demanda de responsabilidad y cariño que el cuidado de un perro requiere.

En el fondo no deja de ser cierto que el sector del animal de compañía, con nuestros amigos cánidos como máximo exponente, tiene ya un peso específico en su vertiente económica que requiere la generación de una demanda y expectativas que poco o nada tienen que ver con la realidad de una sociedad que aún no profesa niveles de tolerancia que hagan posible una convivencia cada vez más enriquecedora.

Queda claro que los medios de comunicación, el cine, la cultura y redes sociales influyen enormemente en nuestro día a día y las elecciones que tomamos. Y ya no solo en la elección de nuestro perro, la ropa que vestimos o el perfume que usamos.