Por Bernardo Villar
Muchas personas se acercan a los entrenamientos de liderazgo transformacional buscando respuestas, certeza, fórmulas para que sus vidas funcionen del modo que ellas esperan.
Buscan respuestas y que alguien se las de. Y nunca falta alguien que dice tener todas las respuestas.
Y esto es muy riesgoso.
Porque, aceptémoslo, eso ha dado pie a todo lo malo que se ha publicado en internet sobre la transformación: un montón de centros que nacen para "ayudar" a la gente, muchos entrenadores que buscan la atención, el reconocimiento y la admiración que reciben al hacerle sentir a la gente que ellos son los poseedores de la verdad y la fórmula para ser felices. Lamentáblemente ambos casos abundan.
Por eso es conveniente aclarar algunas cosas:
- Transformación es una tecnología educativa. Nada más. Se llama así porque permite transformar la relación que se tiene con las circunstancias de la vida, pasadas, presentes y futuras.
- Nada de lo que propone es ni pretende ser la verdad.
- No provee fórmulas de ningún tipo para ser feliz
- Un centro de transformación es una empresa que imparte talleres y entrenamientos de liderazgo. Nada más.
- Un entrenador no es un gurú, no posee las respuestas que estás buscando; no es un ser humano perfecto ni est{a cerca de serlo. Es una persona capacitada para facilitar talleres.
- Muy importante: no todos los entrenadores son lo que debieran y no todos los centros son iguales.
¿Entonces?
Entonces nada. Esta tecnología funciona y hay millones de personas en el mundo que pueden dar testimonio de la eficiencia de ello mediante resultados reales y tangibles en todas las áreas de su vida. Sin duda alguna. El asunto está en darse cuenta de que no hay respuestas mágicas y que toda empresa o persona que se haga pasar como la poseedora de tal secreto no es de fiar.
La labor de un centro de transformación y de un entrenador de verdad es crear el espacio en el cual cada participante pueda crear pos sí mismo (a) la conversación, el contexto que apoye a crear el futuro que desea crear; de manera individual y como total responsable por su experiencia de vida.
Si lo que ves, no se parece a eso... cuidado, mucho cuidado