Revista Ciencia
La poda es una practica usual en jardines, parques y balcones, que permite eliminar el material seco o en mala condición, y es un estímulo para el nuevo crecimiento. También detecta problemas sanitarios al abrir el follaje y mejora el acceso de la luz. Luego de realizarla, se hace una serie de prácticas para que las yemas tengan mejores recursos en la nueva temporada.
Fertilización: La poda es un estímulo que se aplica a las plantas para favorecer y ordenar la brotación en la nueva temporada. Tanto para esta situación como para el crecimiento general, éstas necesitan más agua y más nitrógeno. Cuando empiezan a desarrollarse con más vigor, justo antes de la brotación, es el momento de aplicar un fertilizante rico en nitrógeno (N). Luego, la floración se estimula fertilizando con abonos ricos en potasio (K). Cuando están en flor no suelen crecer y, por lo tanto, los abonados deben hacerse antes de su aparición y reducirlos durante esta etapa.
Las plantas con flores, los árboles frutales y las ornamentales necesitan abonos ricos en potasio. Si éste escasea, se obtienen flores pálidas y pocos frutos.
Riego: Las especies que se someten a una poda rigurosa todos los años, como la mayoría de los arbustos caducos, necesitan que, cuando se reactiva su crecimiento en la primavera, se les otorgue un suplemento en el riego y en la fertilización, de modo de asegurar los resultados de la poda.
Preferentemente, los riegos deben ser profundos (alcanzando a todo el sistema radicular de la planta) y espaciados cada 2 o 3 días, para evitar anegamientos.
Los cortes deben realizarse en forma inclinada y en sentido contrario a una yema o brote orientado hacia afuera, o justo por encima de un par de yemas opuestas. La superficie de corte debe quedar perfectamente lisa.