Según el BOE, el Ministerio de Asuntos Exteriores Español va a gastar 775.655 euros en mantenimiento de locales y jardines de la Embajada de España en París. Esta comparte sede con la OCDE, cuyo embajador es el exministro Wert, uno de los que puso la educación patas arriba, empeño común de todos sus colegas para que volvamos a ser un país de catetos que vota caciques a granel. Esta embajada es el premio de Rajoy a la ineficacia, que en esta disciplina tiene un máster el jefe. Ineficracia. “Pide por esa boquita, Jose Ignacio”, le dijo el presi cuando dejó el ministerio de Educación hecho unos zorros. Obediente, salió de aquella boca una petición de un súper cargo en París para acompañar a su esposa, que asimismo trabaja para la OCDE con otro súper cargo. ¡Ay, el amor!, de esos sin pan ni cebolla, más bien caviar y buen champán francés que para eso están en la tierra de los mejores (champanes) y cobra el agraciado 10.000 €/mes, gastos de representación, chófer, servicio y apartamento de 500 metros en el centro de París, vamos, una mamandurria, mon amour. El que vale no llega a tanto en su vida, para estas cosas mejor no valer.
Ahora que le van a tener el werto como los chorros del oro podrá bajar a buscar algún trébol de cuatro hojas cuando sufra un ataque de ambición – esta tropa es insaciable – o tumbarse en la yerba al lado de su amada cuando brille el sol y se cuele entre las costillas de la Tour Eiffel. Precioso. Para nosotros quedan los brotes verdes. Verdísimos. Y pagar tanta pasión, clarostá. Enhorabuena a los premiados.