Cupcakes de Vainilla y Buttercream de Chocolate Blanco

Aprovechando que ayer celebrábamos el primer cumpleaños de uno de mis primos preparé unos cupcakes y un sponge cake. La receta de hoy va a ser la de los cupcakes de vainilla coronados con un buttercream de chocolate blanco. Los cupcakes no son más que una especie de magdalenas que se decoran con crema de mantequilla, merengue, pasta de azúcar... Son preciosos y están buenísimos, pero no son aptos a menos de que estés dispuesto a morir por sobredosis de azúcar. 
Esta receta es fácil de preparar, y en el tiempo de horneado de la magdalena se puede ir preparando el frosting y dejarlo enfriándose en la nevera. La buttercream de chocolate blanca es una buena receta para comenzar si nunca has hecho una, se queda consistente al hacerla y al sacarla del frigorífico está perfecta para usar, y conserva la forma sin problemas. Es estupendo porque en las que hay que usar ingredientes líquidos siempre está el problema de que te puede quedar un buttercream líquido, algo en lo que yo tengo experiencia (de hecho, en mi siguiente post veréis de lo que os hablo, porque para el sponge cake hice otro buttercream que no me quedó para nada como este). Os dejo con la receta.

Cupcakes de Vainilla & Buttercream de Chocolate Blanco  (12 cupcakes)
Ingredientes
Magdalena
125g de buttermilk*
55ml de aceite
2 claras
100g de azúcar
170g de harina
½ cdta de bicarbonato
½cdta de extracto de vainilla
55g de mantequilla pomada
Buttercream
85g de mantequilla pomada½ cdta de vainilla
128g de chocolate blanco
150g de azúcar glas
60ml de lecheInstrucciones
1. Lo primero es comenzar con las magdalenas, así que hay que precalentar el horno a 130ºC. Para hacer la masa se van a necesitar tres cuencos para preparar los ingredientes, pero como la mezcla final se va a hacer en el de la mantequilla es mejor que ése sea el más grande.
2. En ese cuenco se va a mezclar la mantequilla con el azúcar, y se reserva. En un segundo bol se mezclan la harina con el bicarbonato, y en el tercero se unen el buttermilk con el aceite y las claras. *Quien no pueda encontrar buttermilk, como me pasa a mi, es fácil sustituirlo. Se trata simplemente de usar 125g de leche a los que se le añaden una cucharada de zumo de limón/vinagre, y se deja que repose unos minutos hasta que vemos que se corta. Ya está listo el buttermilk.
3. Para hacer la mezcla final hay que ir agregando la harina y el buttermilk a la mantequilla. En lugar de hacerlo de golpe hay que hacerlo cucharada a cucharada. Primero una de harina y, una vez que esté bien incorporada, una de buttermilk, así hasta que ya esté todo.
4. Se reparten en las cápsulas, mejor si se tiene una bandeja para magdalenas porque así no se corre el riesgo de que se deformen en el horno. Para que suban lo justo dicen que hay que llenarlas 2/3; además, yo uso una cuchara de helado para repartir la masa de forma uniforme, un truco que aprendí leyendo blogs. Una cucharada por cápsula, con lo que sabes que has puesto la misma cantidad en todas y, más o menos, subirán igual.
5. Las magdalenas se hacen en el horno durante 30 minutos. Cuando se saquen es mejor dejarlas enfriar en una rejilla si es posible, para que se enfríen por todos lados y que no se condense la humedad en la parte de abajo de las cápsulas de papel.
6. Mientras que las magdalenas están en el horno es buen momento para ir preparando el frosting. Lo primero es poner el chocolate al baño maría hasta que se funda, y entonces dejarlo que enfríe hasta que esté a temperatura ambiente.
7. Mientras, en un cuenco, se mezclan el azúcar glas con la vainilla y la leche. Cuando estén bien mezclados se une la mantequilla hasta que esté uniforme. Los buttercream están pensados para que sean muy dulces, a lo que se le añade en este caso el chocolate blanco, por lo que si no se quiere tan dulce es mejor empezar con menos azúcar glas e ir agregando más en la medida de lo necesario para la consistencia, o hasta que nos guste el sabor.
8. El último paso es añadir el chocolate blanco a la mezcla. Cuando están bien mezclados todos los ingredientes hay que dejarlo 30 minutos en la nevera, así el buttercream coge consistencia y luego mantiene mejor la forma.
9. Una vez que las magdalenas ya han enfriado, o al menos templado, se pone la crema de mantequilla en una manga pastelera y se decoran los cupcakes. Y ya están listos para tomar.


 Y como prueba de que son una apuesta segura os dejo una foto de mi prima disfrutando de uno de los cupcakes. Además de la aparición estelar de mi tía al fondo, ya es toda una tradición familiar que salga comiendo en todas las fotos.