En la anemia ferropenica el problema se encuentra en que el cuerpo no dispone de suficiente reserva de hierro ya que los globulos rojos se crear a partir de hierro. Como es lógico, si el cuerpo no dispone de hierro no podrá fabricar suficientes hematíes.
Este déficit de hierro puede ser producido por diferentes causas. Puede ser que en tu dieta no incluyas el suficiente hierro o bien que tengas problemas para absorberlo. Los problemas de malabsorción incluyen la enfermedad celíaca y de crohn o diferentes cirugías del estomago.
También es habitual que se consuma el hierro adecuado y se absorba bien pero que se elimine muy rápido, como podría pasar en sangrados menstruales muy abundantes, tener hemorragias internas por cáncer o úlceras. Por todas estas razones podrías tener un déficit de hierro y en consecuencia una anemia.
Los primeros síntomas que se notan en producirse este déficit de hierro es cansancio. Este cansancio es repetitivo, se convierte en rutina, siempre te notas cansado y apático. También te sientes débil y con dificultad para hacer tus tareas cotidianas o concentrarte.
Es habitual que las uñas se vuelvan quebradizas junto con el pelo y que notes mareos al levantarte de la cama.
Si notas los síntomas y acudes al médico probablemente te hará un análisis de sangre donde los resultados muestran esta condición, una reserva baja de hierro o ya una anemia ferropenica.
Para tratarlo, si el deficit de hierro es bajo, probablemente el médico te recomiende tomar alimentos ricos en hierro como las lentejas, el pollo, pescado, carne, hígado, soya y muchos más.
Si con esto no es suficiente, se pueden recetar suplementos de hierro tipo ferrogradumet. Los suplementos de hierro a menudo van relacionados con dolor de estomago y náuseas, por eso se recomienda tomarlos en ayunas junto a un zumo de naranja y nunca acompañados de leche.
Por último recordar que las mujeres embarazadas se les receta suplementos de hierro para tener más reservaras para afrontar todo el proceso de embarazo.
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