En casa somos unos entusiastas del curry, de cualquiera de sus preparaciones. Una vez a la semana se come siempre el curry de pollo, pero también lo preparo con garbanzos, con sepia, con langostinos, con lentejas...
Es una pasada el sabor que le aporta a los platos, el aroma cuando lo cocinas y el color tan bonito anaranjado-amarillo que le da. Aunque a algunas personas les desagrada esta mezcla de especias, a otras nos resulta exquisita y nos traslada a países lejanos.
Hoy lo he preparado sólo con verduras: es la versión vegetariana mucho más sana y que te reconcilia con la tierra.
El único fallo de la fotografía es que el arroz utilizado es arroz jazmín, pues no tenía arroz salvaje en casa, que es el que mejor le va a esta receta. En cualquier caso, está absolutamente delicioso.
Para 4 personas:
- 2 calabacines pequeños o uno grande
- 1 puerro
- 2 o 3 zanahorias
- 1 cebolla dulce o cebolleta
- 1 pimiento rojo
- 2 ramas de apio
- aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- 1 cucharada de curry de Madrás (o del que se tenga)
- 1 pizca de comino en polvo
- 200 mL de leche de coco
- 1 taza de arroz salvaje o de arroz basmati
- sal y pimienta
- semillas de sésamo negro
- cilantro o perejil fresco
Se salpimentan y se dejan cocinar durante cinco minutos. A mi no me gusta dejarlas muy blandas sino al dente.
Se prepara el arroz poniendo agua salada a cocer y se mantiene cociendo durante los minutos que indique el fabricante (si es salvaje pueden ser 18 minutos).
Mientras tanto se añade el curry y la pizca de comino extra a las verduras, se remueve con una cuchara de madera y se añade la leche de coco.
Se remueve todo y se deja que dé un hervor. Se añade el apio lavado y cortado a la mezcla de verduras con la leche de coco.
Una vez cocido el arroz se emplata. Se pone un poco de arroz en cada plato, se coloca en el centro el curry de verduras, se espolvorea con el sésamo negro y las hierbas frescas lavadas y picadas (cilantro, perejil o cebollino) y se sirve de inmediato.