Hace unos días me propusieron participar en el II concurso de tapas A Fuego Lento, y a pesar de que llevo una buena temporada diciendo “No” a prácticamente todas las propuestas que me han ido haciendo (en parte porque sigo desarrollando esa parte tan importante para nuestro bienestar, que es el Autoamor, y en parte porque he estado muy centrada en montar mi proyecto más chulo hasta la fecha – pincha aquí si te quieres enterar cuando esté disponible), esta propuesta me llamó la atención y me apeteció mucho participar. Nada más y nada menos porque se trata de cocinar con una slow cooker. Seguramente no te ha sorprendido porque ya conoces el amor que les tengo a estas ollas de cocción lenta.
Vaya, ¿que no lo sabes? Pues la slow cooker es el primer pequeño electrodoméstico que me enamoró en su día. Desde entonces me han enamorado otros, si, pero la slow cooker sigue ocupando un lugar muy especial en mi corazón. Si quieres aprender todo lo que necesitas saber para empezar a usar una de estas ollas, pásate por este post y por este otro.
Otra de las razones por la que me apetecía mucho participar en este concurso es que tenía ganas de cambiar el chip y dar rienda suelta a mi creatividad. Porque de lo que trata este concurso es de realizar dos tapas usando la Crock-Pot Autostir y la nueva batidora Oster Pro que me han enviado para elaborarlas. Desde hace meses he estado tan ceñida a un tipo de cocina muy concreto para mi próximo servicio que con estas recetas me he soltado mucho la melena y me ha salido ese ramalazo mío tan característico que es la cocina fusión.
¡Así que creativa he sido! Habrá dos premios, uno a “la tapa de la abuela” y otro a “la tapa más original”, y las recetas ganadoras se anunciarán durante la segunda semana de diciembre. Como podrás ver, el toque original lo van a llevar las dos (porque soy una rebelde, con causa, eso si), pero ya te explicaré mi razonamiento en la siguiente receta. Y también te explicaré si opino que merece la pena la nueva función “Autostir” de esta slow cooker.
Pero ahora a lo que vamos: la receta.
¡Así que saca tu slow cooker, que vamos a cocinar!
Coco, lemongrass, lima kaffir… son sabores y aromas comunes en la cocina de Malasia, que junto con otros ingredientes conforman uno de sus platos nacionales que a menudo se sirve en ceremonias y festivales, o a invitados importantes: el rendang. El rendang es un curry seco, aunque existen tres formatos, o mejor dicho, etapas de este curry. De forma simplificada, estas etapas dependen del tiempo que se haya cocinado y del contenido líquido final del plato. Desde algo que se asemeja a una sopa más ligera con más presencia de leche de coco, hasta un plato de carne muy sabroso y casi seco.
La receta que te presento hoy la puedes consumir como el plato llamado kalio, que tiene una consistencia más líquida y parecida al típico curry que seguramente ya conozcas, y que podrás servir acompañado de arroz, arroz de coliflor o noodles. O puedes continuar con las instrucciones que te doy para esta tapa hasta conseguir la consistencia del rendang seco tradicional, reduciendo hasta que el líquido casi se haya evaporado del todo y el color se vuelva oscuro, casi negro.
Para esta tapa he decidido servir la carne desmenuzada sobre unas barquitas de cogollos, y acompañarla de una buena cantidad de hierbas frescas aromáticas, anacardos tostados y cebolla roja encurtida que se hace en un periquete y está asombrosa. En serio, lo de la cebolla lo tienes que hacer si o si, porque no tardarás más de 5 minutos en prepararla y es una pasada para servirla; con un curry de este tipo, con unas carnitas, una cochinita pibil, queso, yuca, en ensalada… Querrás poner trozos de esta cebolla en todo, te lo aseguro. Además, tiene un color tan bonito que dejarás a todos alucinados.
Pero para alucinar de verdad, prepara este rendang y lo sirves todo junto. Recuerda que no es necesario que lo reduzcas para conseguir un rendang seco y servirlo así. Tal cual sale de la slow cooker podrás servirlo con su salsa, y acompañado de lo que más gracia te haga. Y por supuesto, con los mismos toppings que sugiero para la tapa.
¿Lo pruebas y me cuentas?
(NOTA: Para preparar esta receta he usado la slow cooker Crock-Pot Autostir y la batidora Oster Pro que me han enviado ambas marcas)
- 1 pimiento rojo, cortado en trozos
- 4-5 chalotas, cortadas en cuartos
- 4-5 dientes de ajo, pelados
- 1 trozo de unos 3 cm de jengibre fresco, cortado en trozos
- 1-2 chiles Thai (si le quitas las semillas picará menos)
- Un puñado de anacardos (más o menos ¼ cup)
- 2 cucharaditas de sal
- ½ cucharadita de nuez moscada
- ¼ cucharadita de clavo molido
- 1 cucharada sopera de aceite de coco
- 1 ramita de canela
- 6-8 hojas de lima kaffir
- 3 palitos grandes de lemongrass, cortados en unos 3-4 trozos (estos dos ingredientes puedes encontrarlos en supermercados de alimentación asiática, y ahora también los venden en sitios como Makro)
- 200 ml de leche de coco
- 1 hoja de laurel
- 1 kilo de carne para guisar (yo usé pez, pero puedes usar aguja o morcillo) cortada en trozos de unos 4 cm
- 150 ml de vinagre de manzana
- 1 cucharada sopera de azúcar de coco
- 1 hoja de laurel
- 4 bayas de enebro (o pimienta de Jamaica)
- 4 clavos enteros
- 4 bayas de pimienta
- 1 cebolla morada grande, cortada en aros de unos 3 mm
- Varios cogollos para usar sus hojas exteriores para montar la tapa
- Unas hojas de cilantro, albahaca y hierbabuena frescas, picadas
- Un puñado de anacardos, tostados y picados
- Unos gajos de lima
- Precalienta la slow cooker 15 minutos en High.
- Pon el pimiento, las chalotas, el ajo, el jengibre, el chile, los anacardos, la sal, nuez moscada y clavo en una batidora y tritura hasta obtener una pasta.
- Calienta una cazuela a fuego medio alto y añade el aceite de coco, y echa la pasta que acabas de triturar. Remuévela y permite que se cocine un poco y desprenda su maravilloso aroma, unos 5 minutos.
- Echa el resto de ingredientes del curry, menos la carne y mezcla bien.
- Coloca los trozos de carne en la slow cooker y échale por encima la salsa. Pon la tapa y programa 8 horas en Low.
- Pasado ese tiempo, podrás servirlo tal cual con arroz, arroz de coliflor o lo que más te guste. La consistencia será la de un curry con salsa tradicional. Si quieres que te quede con la consistencia seca más típica del rendang y para poder servir esta tapa, continúa con el siguiente paso.
- Pasa el curry a una cazuela y cocina a fuego medio-bajo hasta que casi todo el líquido se haya evaporado. Ten cuidado de que no se te agarre. Saca la carne y desmenuza la carne.
- Pon todos los ingredientes menos la cebolla en un cacito. Calienta hasta que rompa a hervir. Baja el fuego, añade la cebolla y deja hervir suavemente durante 30 segundos. Aparta del fuego y deja que se enfríe.
- Pasa la cebolla y el líquido a un tarro de cristal y guarda en la nevera. Te durarán meses así, pero están más ricos durante las dos primeras semanas.
- Para montar la tapa, pon las hierbas picadas sobre una hoja de cogollo, coloca un par de cucharadas del curry por encima, añade unos trozos de cebolla, anacardos picados y más hierbas. Sirve con unos gajos de lima para exprimir un poco de su zumo justo antes de comer.