D'A 2012: "Bullhead" mafia hormonada

28 de Abril del 2012 | etiquetas: Festival D'A, Festivales 2012  Compartir

Asombró en la Berlinale y arrasó en los Premios del Cine Flamenco llevándose 6 de los 8 premios (todos ellos principales) y logrando la legitimación unánime por parte del jurado pero también por parte del público y crítica. Su éxito se sumaba a la ovación de la prensa en el estreno de la película el invierno pasado, a la buena acogida en los numerosos festivales en que la cinta ha sido presentada y, sobre todo, a la aceptación del público belga (¿flamenco?), que acudió en masa a los cines. Ante semejante currículo, el D'A no podía pasar por alto la oportunidad de brindarnos una de las películas más reivindicadas por filmin el pasado año. "Bullhead es a la mafia lo que Hamlet es a la familia real danesa", afirmaba el director Michaël R. Roskam. Visto lo visto, desde luego que razón no le falta.

¿De qué va?

Un veterinario sin escrúpulos le ofrece al joven granjero Jacky Vanmarsenille un oscuro negocio con un traficante de carne. El asesinato de un policía agitará las cosas, que se complicarán aun más cuando Jacky deba confrontarse a un misterioso secreto de su pasado. Las consecuencias serán terribles.

¿Quién está detrás?

Significa el primer largometraje del belga Michael R. Roskam. Aunque ahora no os suene el nombre, sonará. Su excelente fotografía es obra del prometedor Nicolas Karakatsanis (que ha trabajado recientemente en "Lost Persons Area").

¿Quién sale?

Protagonizada por un Matthias Schoenaerts en gran estado de forma y omnipresente en el cine flamenco actual (de "My Queen Karo" a "Pulsar" pasando por "Loft") encabeza un excepcional reparto que reúne a Barbara Sarafian, Sam Louwyck, Jeroen Perceval y algunos actores francófonos.

¿Qué es?

Un profeta + Shame

(en formato rural)

¿Qué ofrece?

Un film sobre la mafia de las hormonas belgas que nos traslada una violenta tragedia acerca de la pérdida de la inocencia, la amistad, el crimen y el castigo, pero también una reflexión sobre la conflictividad del deseo y la irreversibilidad del destino.  Es así como "Bullhead" logradesplegar una atmósfera de oscuridad y profunda densidad en un impactante retrato en el que  la verdadera estrella de la función es, sin duda, Matthias Schoenaerts, quien nos regala un tour de force interpretativo en la piel de un salvaje toro desbocado (y hormonado) que da pie a un abrumador retrato personal y que resulta tan brillante en el aspecto criminal como profundo en su carácter dramático. Voraz, áspero y contundente, así  es como se distingue un soberbio thriller que segrega hormonas por los cuatro costados, pero que, sobre todo, nos da una pista a seguir, la de su director Michael R. Roskam.