
¿Habéis usado alguna vez la polenta en vuestra cocina? Seguramente que la habéis probado casi todos, o que al menos oísteis hablar de ella y os suena el nombre. Os explico algo de lo que sé de este producto energético.
Actualmente se le llama polenta a la harina de maíz, que no Maizena (nombre comercial) y otras, aunque ambas se derivan de este cereal se utilizan para distintas preparaciones. Dentro de ella hay también variaciones -amarilla, blanca, negra (alforfón, trigo negro o sarraceno)-. Empezó a utilizarse en el Norte de Italia, por tanto los italianos fueron quienes difundieron su consumo, siendo normal históricamente que los argentinos se hicieran con ella y la introdujeran en toda Sudamérica, igualmente se difundió por muchos lugares de Europa, sin embargo España ha tardado en introducirla en su gastronomía, hoy día ocupa un sitio destacado por la cantidad de aplicaciones que se le están dando en nuestra cocina.Lo cierto es que hay mucha historia referente a ella, yo os la he resumido.
La pongo a la parrilla, gratinada y frita, os dejo ésta última, más adelante os traeré otras formas de utilizarla, como es el caso de los bizcochos de polenta, muy ricos por cierto ¿Habéis oído hablar de los que se hacen en Estados Unidos?

Ingredientes:
- Polenta exprés (tiene más ventajas que la tradicional al cocinarse más rápida y poderse emplear un rato después) 125 g.- Leche desnatada 250 ml.- Agua 250 ml.- Nuez moscada rallada 1 cdta.
- Pimienta negra molida. - Sal 1 cda. rasa.- Aceite de oliva 1 cda.- Aceite de oliva para freír.
Elaboración:
En un cacito ponemos el agua y la leche con la nuez moscada rallada, la pimienta, la sal y la cucharada de aceite de oliva. Lo ponemos al fuego disolviendo la sal y esperando que se caliente.
Echamos enseguida la polenta en forma de lluvia mientras movemos con una cuchara de madera. En tres minutos estará lista para retirar, se habrá desprendido del fondo y las paredes.
Volcamos en un recipiente rectangular que deje dos o tres centímetros de grosor. Rasamos para nivelar.
Media hora después cortamos en dados más o menos parejos.

Freímos en tandas, sin agolpar, en abundante aceite caliente y doramos hasta conseguir la apariencia de patatas fritas.
Ahora podéis emplearla en lo que más os guste, es una estupenda guarnición. Os dejo una idea que funciona muy bien y es formando parte de una ensalada clásica de tomate y lechuga. Si vais a aliñarla hacedlo justo antes de servirla, a mí no me gusta la polenta si se moja, me gusta crujiente.
