- Déjate sorprender. Fluir por la vida sin forzar la marcha, abiertos a lo imprevisible, es más enriquecedor que programar los momentos en que se supne que debemos ser felices: fines de semana, vacaciones, etc. El filósofo Sóflocles decía que la alegría más grande es siempre la inesperada.
- Sin expectativas. Ramiro Calle recoge en "101 cuentos clásicos" una historia que ilustra lo importante que es avanzar haca nuestros deseos sin cargar con el peso de las expectativas. Un hombre del interior de la India decidió que no quería morir sin haber visto el mar. Para cumplir su sueño, trabajó duro y, tras muchos años de esfuerzas, un día consiguió subirse al tren que lo llevaría hasta él. Se acercó a la playa y observe el maravilloso espectáculo:¡Qué olas tan mansas! ¡Qué espuma tan hermosa! ¡Qué agua tan bella! Entusiasmado, camino hasta la orilla, cogió agua con su manos para degustarla y, decepcionado, pensó: "Que pena que sepa tan mal con lo hermosa que es".
- Atento a los detalles. Otra buena táctica es mirarlo todo con la curiosidad de un niño. "La costumbre nos hace ver las cosas al por mayor", afirma el filósofo José Antonio Marina. Rompe con la rutina y, cuando vayas al trabajo, por ejemplo, coge un camino diferente y distráete con todos esos detalles mínimos, maravillas intrascendentes y pequeños Milagros que tiene la vida-una interesante charla con un desconocido, la variedad de colores de un jardín...-Este ejercicio te hará descubrir la novedad yla belleza en lo cotidiano.
- El valor de lo pequeño. Otro sabio consejo de un monje budista que enseña la filosofía zen a través de la cocina es "trata a los alimentos como si fuesen algo precioso", una joya, por ejemplo. Si aplicas ese punto de vista al cuidado de tus cosasy a tus relaciones, les concederás un nuevo valor.
- Positiviza. Para que las pequeñas alegrías no se te escapen comparte con tu entorno esos momentos enriquecedores que te ha dado el día. Si ejercitas esa nueva manera de contemplar tu vida, muy pronto se convertirá en la formula natural de ver las cosas.
Revista En Femenino
El objetivo en la vida no es tanto alcanzar las metas que nos proponemos, sino disfrutar del viaje que nos conduce a ellas.
"Tanta urgencia tenemos por hacer las cosas, que olvidamos lo único importante: vivir", advertía el novelista escocés Robert Louis Stevenson allá por el siglo XIX.