Revista Ciencia

Damnificados por la ciencia

Por Biologiayantropologia

“Soy científico. El mío es un mundo profesional en el que se logran grandes cosas para la humanidad. Pero está desfigurado por unos incentivos inadecuados”. Así arrancaba su discurso el último premio Nóbel de Medicina, hace unas semanas. Aquí nos suena este lenguaje: soy financiero, y el dinero ayuda a la gente a vivir mejor. O soy político, hago que muchas personas puedan aspirar a una mayor equidad y bienestar. Y así podríamos seguir avanzando en cada una de las profesiones.
Poco después, en esa misma disertación, arremetía contra las revistas más prestigiosas sobre Ciencia, tales como Nature, Cell o Science. Y ¿cuáles son esos incentivos inadecuados a los que se refiere Randy Schekman? Pues ni más ni menos que a la esfera de las influencias no profesionales: capacidad de repercusión (que se traduce en masa dineraria), amiguismo, enchufismo, control por parte de los lobbies económicos (especialmente de las empresas farmacéuticas), y un largo etcétera. Para que se entienda mejor: el dinero que contamina con su asqueroso hedor todo lo que intoxica, y es mucho.
No es de extrañar. Eso es lo que nos ha llevado a la recesión y al paro: la avaricia de ganar más, de despilfarrar más, de condescender más, de aparentar más. Total, paga el contribuyente.
¡La vida es así. No te engañes! ¡Para cuatro días que vamos a vivir, démonos la gran juerga! Da igual lo que suceda alrededor, su empobrecimiento. Da igual quien tenga que abonar luego la factura de la jarana (los hijos, los nietos).
Es esta visión perezosa, egoísta y atiborrada la que nos puede llevar al abismo. Algunos por cobardía arrojan la toalla; otros no tienen más remedio que seguir adelante y apechugar.
Schekman reconoce que él mismo ha formado parte de la “colla” que ha aupado tanto desalmado; pero, al mismo tiempo, advierte: no publicaré más en ninguna de esas revistas con las que se hace negocio, montajes y, en definitiva, se mezclan falsedades con ribetes de “veracidad científica”. Él ha fundado su propia revista científica: eLife.
Nosotros. No lo tengo claro. Quizá sigamos enganchados a lo políticamente correcto, a lo inercial, no vaya a ser que nos quedemos  descolgados, o más bien colgados. Y así, es difícil arreglar bien las cosas. Y eso a todos los niveles. Se necesita arrojo, dejar de ponerse en venta. Tener coraje.


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