En diciembre de 2019 se conoció el caso de un nuevo coronavirus humano, causando posteriormente un brote que alcanzó las proporciones de pandemia, y que está provocando una crisis sanitaria y económica mundial. El coronavirus SARS-CoV-2 no es el primer coronavirus que se conoce, aunque actualmente sea uno de los más estudiados dadas sus graves consecuencias, debidas principalmente a su hábil y rápida propagación. Todavía estamos en el camino de encontrar tratamientos víricos efectivos y una vacuna segura y eficaz; mientras tanto, los países hacen esfuerzos para contener la propagación y los científicos, para tratar de conocer más en profundidad a nuestro archienemigo.
La diseminación de información sobre el nuevo coronavirus ha abierto la puerta a la divulgación de un tema complejo: la epidemiología y el conocimiento de las enfermedades infecciosas. Las enfermedades infecciosas pueden estar causadas por patógenos como virus, bacterias o protozoos. Algunos ejemplos de enfermedades infecciosas causadas por una bacteria son la tuberculosis, o la peste negra, mientras que la viruela, el ébola, el sarampión o la varicela son provocadas por virus. También la gripe es provocada por un tipo de influenzavirus; el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) también es provocado por un virus, el VIH; los papilomavirus, por ejemplo, son otro tipo de virus del cual algunos subtipos pueden causar cánceres genitales o de boca y ano, además de verrugas genitales.
En concreto, el coronavirus que causa la COVID-19 es un tipo específico de virus, un tipo de microorganismo que no está ni vivo ni muerto (no está vivo porque no es autosuficiente para replicar su material genético, pero tampoco está muerto porque la información fluye desde el ácido nucleico hasta la proteína). Este tipo de virus, los coronavirus, conviven muy cerca de nosotros. Algunos de ellos son responsables de los resfriados comunes. Es posible que muchos de nosotros hayamos convivido con un coronavirus que causa una afección leve a lo largo de nuestra vida.
Los virus difieren mucho de las bacterias, entre otras cosas, en su forma de tratamiento. Para tratar las enfermedades infecciosas provocadas por una bacteria, es necesario utilizar antibióticos. Para tratar los virus pueden usarse antivirales, pero, por lo general, se considera que para algunas infecciones víricas, como el resfriado común, no existe un tratamiento efectivo, sino que debe ser el sistema inmunológico el que elimine el virus de manera natural del organismo.
Hay más tipos de coronavirus además del SARS-CoV-2. ¿Qué sabemos sobre ellos? ¿Cuándo se descubrieron? ¿Cuántos y cuáles pueden afectar a humanos? ¿Qué enfermedades producen y de qué grado de gravedad?
1.- Hay muchos tipos de coronavirusHay cuatro subgrupos principales de coronavirus, conocidos como alfa, beta, gamma y delta.
Pero los coronavirus humanos se clasifican en alfacoronavirus y betacoronavirus. El SARS-CoV-2, por ejemplo, es un coronavirus de tipo alfa.
2.- Los animales tienen sus propios coronavirusLos coronavirus infectan a una amplia variedad de animales y son comunes en todo el mundo.
Hay cientos de coronavirus, la mayoría de los cuales circulan entre animales como cerdos, camellos, murciélagos y gatos. En animales, causan enfermedades respiratorias, entéricas, hepáticas y neurológicas con gravedad variable, de asintomáticas a graves.
3.- Se conocen siete coronavirus capaces de infectar a humanos
De todos los coronavirus conocidos, solo siete de ellos se ha observado que hayan infectado a los humanos.
Estos son, por fecha de descubrimiento: 229E (1964), OC43 (1967), SARS-CoV (2002) NL63 (2003), HKU1 (2005), MERS-CoV (2012) y SARS-CoV-2 (2019).
4.-Todos son de origen zoonótico
También los que afectan a los humanos: todos tienen un origen animal. El MERS y el SARS parecen haberse originado en animales, lo que también es el origen más probable para la COVID-19. Esto las convierte en zoonosis, enfermedades que pueden saltar entre los humanos y otros animales.
El MERS-CoV y SARS-CoV fueron originalmente virus de murciélago que se diseminaron a un animal intermedio (camello y civeta, respectivamente), que luego expusieron a los humanos a los virus. El análisis genético de las secuencias de SARS-CoV-2 muestra que sus parientes genéticos más cercanos parecen ser coronavirus de murciélago, con una especie intermedia que probablemente sea el pangolín, pero no está claro. El resto de coronavirus humanos también parecen tener orígenes zoonóticos.
5.- El ancestro común de todos los coronavirus tiene más de cinco mil años de antigüedad
Se trata de un betacoronavirus que data del año 3300 a. C., probablemente infectando a murciélagos y aves. Con el paso de los siglos, los coronavirus fueron mutando, diversificándose, y adaptándose a distintos tipos de huésped. Todo indica que los coronavirus evolucionan igual que cualquier otro tipo de organismo: mediante selección natural.
6.- Todos poseen proteínas en espiga que les permiten infectar células de un huésped
La envoltura en forma de corona está formada por proteínas ‘en espiga’ o puntiagudas, que les permiten colonizar a las células de otro organismo huésped, un humano en el caso de los coronavirus humanos. SARS-CoV-2, como el SARS-CoV, utiliza la proteína S, que actúa como una llave que encaja en la ‘cerradura’ del receptor llamado ACE2 presente en las células pulmonares.
7.- Los coronavirus humanos causan enfermedades respiratorias de distinta naturaleza
Los coronavirus 229E, OC43, NL63 y HKU1 provocan aproximadamente un tercio de todos los resfriados comunes; el porcentaje restante lo causan otros virus, como los rinovirus y los adenovirus. En cambio, SARS-CoV, que provoca el síndrome respiratorio agudo grave; el MERS, el síndrome respiratorio de Oriente Medio; y el SARS-CoV-2, que provoca la COVID-19, son causantes de enfermedades respiratorias significativamente más graves. El COVID-19 es menos letal que el SARS o el MERS, pero tiene una tasa de contagiosidad mucho mayor.
8.- El primer coronavirus humano fue descubierto en los años 60 por una mujer
Hasta el siglo XX, se desconocía que los coronavirus pudiesen infectar a humanos. La descubridora del primer coronavirus humano fue la investigadora de la Universidad de Chicacgo Dorothy Hamre, quien encontró un nuevo tipo de virus en 1964 mientras analizaba el tejido de estudiantes que padecían un resfriado, tratando de encontrar las causas ocultas del resfriado común. Se trataba de 229E, el primer coronavirus humano.
Poco después, en 1967, se halló también un segundo coronavirus humano, el OC43. Hasta el siglo XXI no se hallarían los cinco coronavirus restantes que conocemos hoy.
9.- Fueron bautizados así por el parecido de su envoltura exterior a la corona del SolA la vista bajo un microscopio electrónico, la envoltura de estos nuevos virus presentaba similitudes con la corona, la capa exterior del Sol. Por eso, el término ‘coronavirus’ fue acuñado en 1968.
10.- El código genético del SARS-CoV-2 solo pesa 8 kilobytesTan solo 8 kilobytes de información codifican el código genético del virus, lo que pesa una página de word de 100 palabras: ARN, envuelto en una capa de lípidos y proteínas. Estas últimas les permiten ‘engancharse’ a los receptores ACE2 de las células pulmonares y, así, infectar al organismo humano y propagarse rápidamente, viajando en las gotículas microscópicas que expulsamos cuando tosemos, estornudamos o, incluso, hablamos.
Revista Ciencia
Datos y curiosidades del coronavirus
Publicado el 26 abril 2020 por Miguel Angel Verde Valadez @arcangel_hjcSus últimos artículos
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