Revista Arte
Cuando te haces una herida parece que todos los golpes vayan a ella. Cuando estás inmerso en un tema parece que todo remita a él. Y, de algún modo, lo hace porque la realidad es una o todo en ella está interconectado (postura clásica o contemporánea).
Es divertido contemplar las intersecciones de las tramas de nuestras vidas, de las nuestras con los otros, las de todos entre sí. Darse cuenta de los puntos de intersección, donde todo confluye de manera extraordinaria, te eleva -aunque sólo sea por un instante- por encima del cosmos.
De cada una de esas uniones se pueden hacer muchas lecturas, una nueva cada vez que se dé con una unión o la misma, por aquello de volver a siempre a lo mismo, al origen: "Difícilmente abandona su lugar lo que mora cerca del origen" (Hölderlin. Die Wanderung, vol.IV; Hellingrath, p.167).
Metalenguaje, metaforología, pero no metavida. La vida siempre hay que vivirla desde dentro, desde ella misma. Otra cosa es la conciencia que se tenga de ello, desde dónde quepa buscar la interpretación, la clave hermenéutica.
¿Qué es la vida sino símbolos? ¿Quién es amigo sino el que es capaz de entenderlos? Ni qué decir cuando el otro dice mejor que tú aquello que también querrías decir. Véase.