Concreté la fecha de mi muerte
ExtremoduroDesvalido como un verso obvio de Sabinaen mitad de una canción,sudoroso de día y de noche.
Los termómetros nunca serán amigos,
trompetas de oro con acabados brillantespara anunciar la muerte anunciada.
Quise volar y no pude.
Quise ser el dios de la noria,el chico duro de los coches de choque
y comer chicle junto a las pijas del insti.
Y no pude.
Me detuve al borde de la fiebre
y sentí a Gallardón excavando túneles por mi garganta.Me detuve al borde de la fiebre
y comprobé que un buen día todo esto tendrá un fin.De nada servirán los libros ni aquellos polvos de madrugada
o los viajes al sur y las series épicas en la épica del sofá.No quedará el kalimotxo ni los discos de vinilo
pero el rock no, eso no podemos perderlo.- dijiste.Con mensajes así, quién quiere aparecer en las camisetas.