Revista Cultura y Ocio
Es uno de los grandes descubrimientos de los últimos tiempos por parte de los ciudadanos. No se vive de las palabras que salen de la boca de un político. Las palabras se las lleva el viento, y si estas son muy falsas asola todo lo que encuentra a su paso. Igual pasa con las palabras de los políticos. Hablan y prometen, pero al final, agua de borrajas. Lo desconcertante es que para muchos es ahora un descubrimiento, cuando antes alababan a pesar de las pruebas en contrario las dulces, mentirosas, suaves y pérfidas palabras que salían y salen de la boca de algunos ilustres que se contradecían y contradicen con los hechos probados y realizados. Muchos creyeron y muchos se han arruinado por creer en palabras vacías de políticos que han resultado ser más corruptos que el óxido de hierro bajo la lluvia. De palabras no se vive, ni de promesas. Vayan a la hemeroteca y busquen; y encontrarán. Ha sido todo un descubrimiento que se paga en las carnes, pero no en balde. A quienes marcan a fuego, siempre recordarán el olor a carne quemada. Pies en polvorosa a palabras banales. Oídos sordos a palabras necias. Las palabras están vacías si no hay acciones que las sostengan. Lo dicho, todo un descubrimiento para el siglo XXI, y yo que creía que era aquello de la plasticidad cerebral. De errores también vive el hombre.