Revista Educación

... de pequeñ@ quería ser...

Por Ferclown
De pequeños hemos querido ser muchas cosas, casi tantas como nuestra imaginación y nuestros sueños nos abarcaban e incluso más, éramos libres de soñar y además se nos permitía e incentivaba a soñar, dibujando mapas de imposibles que en nuestro interior eran absolutamente posibles, lo veíamos como algo cercano, algo totalmente posible y factible de realizar, porque el factor miedo apenas había entrado en nuestro consciente, el sueño, la ilusión, el deseo era más fuerte que el miedo.
Pero con el paso del tiempo el ser humano que es y debe ser totalmente permeable, sin dejar de crear su propio yo, en los diversos caminos que se nos plantean en la vida vamos eligiendo y cada vez más elegimos en función de lo que los demás esperan de nosotros, nos dejamos influenciar bastante. Nos vemos forzados e incluso nos hacemos creer que estamos obligados a responder a lo que la sociedad supuestamente creemos espera de nosotros, y vivimos las reglas como han sido establecidas con temor inmenso a romperlas, porque eso significa ser "raro" o distinto, y no actuamos como que queremos ser uno más del rebaño. Pero eso es mentira sólo lo hacemos para no ser marcados socialmente, por miedo a enfrentar la realidad y poner en marcha con todo nuestro arte de crear aquello que nos gusta, lo que nos hace feliz y por lo que deseamos sentirnos vivos.
Las empresas son en gran medida culpables de éste factor ya que en la actualidad dan aún muy poca vía libre a sus empleados para poder desarrollar sus capacidades creativas, que las tienen, sólo necesitan las herramientas. "Se aprende la creatividad como se aprende a leer" (Ken Robinson). Todos somos creativ@s por naturaleza en mayor o menor medida, y todos tenemos talento, otra cosa bien distinta es que nuestro talento lo pongamos o no en práctica. Las empresas son las primeras interesadas en incentivar la creatividad de sus empleados en un mercado que cada vez es más global y más heterogéneo. Aprendiendo a ser conscientes de que gritar cada vez sirve de menos, y que hablar, dialogar es lo que empleado y usuario demandan.
Diálogo e interacción se están consolidando poco a poco como las piedras angulares de la sociedad en la que estamos viviendo, gracias en grandísima medida al surgimiento maravilloso de las redes sociales. Así que las empresas que no marcas, que quieran verlo no sólo posicionarán sino que mantendrán su valor de posición, y las que no quieran verlo pues dirán adiós.

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