Dos películas con nominaciones a los Oscar tienen protagonistas con algo en común: entregar mensajes. Aunque, bien es cierto, que cada uno los entrega a su manera.
En "The Messenger" es Ben Foster el elegido para acompañar a Woody Harrelson en la difícil tarea de comunicar a las familias la muerte de sus hijos/hijas/maridos en la guerra. Una labor dura, y en la que se encontrarán ante muy variadas respuestas: desde la ira de un padre interpretado por Steve Buscemi, hasta la pasividad de una viuda a la que da vida Samantha Morton.
Su punto fuerte está en su trío protagonista, algo que ha quedado demostrado en la carrera a los Oscar, ya que, tanto Harrelson (National Board of Review) como Morton (Crítica de San Diego) han visto recompensados sus papeles como secundarios en un film que no se quedará en la retina de los espectadores (al menos en la mía).
El domingo podría hacerse con dos estatuillas: la de Mejor secundario (Woody Harrelson) y la de Mejor guión original. Pero sinceramente, ni el uno ni el otro los merece. Vale que Harrelson destaca por encima de sus compañeros de reparto, pero no vería justa su victoria (aunque este categoría también tiene ganador desde hace mucho), al igual que veo la nominación exagerada (¿acaso Alfred Molina no la merece por "An Education"?).
Valoración: 5/10.
La otra película es "Un Prophète" en la que Tahar Rahim ingresa en la cárcel aparentemente siendo inocente, y termina convirtiéndose en un auténtico convicto, de la mano de su mentor Niels Arestrup. Los dos bordan la perfección con sus interpretaciones (de ahí a que el sábado se llevaran entre los dos, tres premios César).
Pero de cara a los Oscar, su única opción de triunfo está en la categoría de Mejor película de habla no inglesa (al igual que en los Globos de Oro, de la que se fue de vacío). Pero cuenta en su haber con el Bafta y el National Board of Review como Mejor película no inglesa, e infinidad de premios europeos tanto para el film, como para los actores como para su director (Gran Premio del Jurado en Cannes). Francia pega muy fuerte este año, y no me sorprendería en absoluto si diese la campanada y superase al film de Haneke.
Esta película, a diferencia de la anterior, sí puede quedará en la memoria del espectador, sobretodo de los amantes de películas como "Scarface"). En definitiva, una buena película, alejada del cine francés al que estoy acostumbrado (familias burguesas infelices).
Lo único que le reprocho es su excesiva duración. Veinte minutos menos, y la película hubiese sido casi perfecta.
Valoración: 7/10.