Hace unos días recibí un email de un lector con la siguiente pregunta: “¿Qué tipos de trabajos se pueden obtener con una vida minimalista, puesto que siempre te piden que estés arreglado.”
Si conoces el Proyecto 333 sabes que el número de prendas en absoluto tiene relación con lo mucho o lo poco arreglado que seas. Es más bien cuestión de estilo. Aún así, persiste la idea de que el minimalismo es cosa de programadores, una etiqueta cool para la pobreza o el desinterés en las cosas materiales. Quiero plantear una percepción diferente:
El minimalismo es la decisión consciente de elegir tus pertenencias basados en tus necesidades y tus valores.
La elección siempre contempla la opción de rechazar objetos que no encajan contigo, con el tipo de vida que quieres construir o con tus valores. El hecho de que un minimalista suele tener menos pertenencias por lo tanto no se debe a que no pueda tener más cosas, sino que ha decidido que no le hacen falta.
La razón de ser de tus cosas
Esta elección en todo caso debe ser consciente, adaptado a tus circunstancias. Si trabajas como abogado, necesitarás unos trajes para acudir a los juicios o recibir los clientes. Si tienes un trabajo sin contacto directo con el público a lo mejor un traje para fiestas formales es suficiente. Eso no significa que el abogado sea menos minimalista, simplemente que tiene otras necesidades.
“Estar arreglado” por lo tanto tiene un significado diferente según en el entorno en qué te encuentras. Lo mismo pasa con “ser minimalista”. La definición cambiará según el entorno en el que has decidido moverte, y te adaptarás a lo que te rodea. ¡Ojo! Adaptar no significa copiar, significa que analizas que es lo que necesitarás y haces tus elecciones de acuerdo con la realidad.
¿A qué te quieres dedicar?
Navegando por las redes y leyendo relatos de otros minimalistas puede surgir la impresión de que un minimalista en su vida laboral no tiene contacto con el mundo exterior: el programador solitario que trabaja desde su casa o desde un Starbucks, aprovechando el anonimato para reducir su armario a un pijama, un par de vaqueros y dos camisetas.
Esta impresión es fruto del sesgo generado por quién escribe: personas que trabajan en internet tienen más facilidad de escribir en internet. Eso no significa que no haya abogados, médicos, cocineras o controladores aéreas que sean minimalistas. Que no escriban no significa que no existen.
La pregunta por lo tanto no es “qué tipo de trabajos sirven para minimalistas”, sino “cómo puedo integrar la filosofía del minimalismo en mi día a día laboral”. Esa cuestión va mucho más allá del número de pertenencias que tienes o el contenido de tu armario. Requiere que tengas clara tus prioridades.