Revista Cocina

De vuelta en el Gorria de Barcelona

Por Amoras
De vuelta en el Gorria de  BarcelonaHace un par de días volvimos al Restaurante Gorria de Barcelona. Ya había estado anteriormente e incluso tenemos ya una crónica en este blog, además comimos exactamente lo mismo que la última vez así que ¿por qué escribimos de nuevo? pues por dos razones: la primera es que sigue siendo uno de los restaurantes con mejor calidad de la comida y la segunda, petición popular! Los otros comensales nos han pedido entrada y, ya que pagaban ellos, no se lo ibamos a negar.
Una apuesta futbolísticas nos llevó a cenar gratis (dos palabras maravillosas cuando van juntas) a este restaurante vasco-navarro de Barcelona, situado en Diputació, 421. Éramos 5 comensales que comenzamos la velada en la barra, dando cuenta de una botella de Albariño y un Viñas del Vero Gran Vos Reserva acompañados con un plato de llanquetes (una especie de chanquetes). Tras el aperitivo bajamos al salón donde comezó el disfrute regado con 3 botellas de Jean Leon:
- Plato de jamón, cortado a mano, fino y muy bueno para abrir boca. Con su pa amb tomaquet que aunque no es muy vasco siempre viene bien.
- Pochas de Sangüesa. Pedimos dos raciones para los 5, servidas individualmente daban para 5 platos bastante decentes. Son posíblemente las mejores pochas que he comido nunca, de sabor suave y nadas pesadas. El paladar empezaba a gozar.
De vuelta en el Gorria de  Barcelona
- Kokotxas en salsa verde, otras dos raciones a repartir. Un salsa expectacular que con la calidad del producto conforman unplato soberbio.
De vuelta en el Gorria de  Barcelona
- Rabo de toro.
De vuelta en el Gorria de  Barcelona
- Para temirar el plato estrella: Chuletón Vera Bidasoa. Nos pedimos 3 kilos (145€) para los 5, quizá demasiado, aunque acabó cayendo. El preparado es perfecto, es uno de los sitios donde mejor ponen la carne, poco hecha, roja y tierna. (Aunque algún comensal cometió del sacrilegio de ponerla a hacerse más en el calienta-platos que la acompañaba).
De vuelta en el Gorria de  Barcelona
Los postres consistieron en tres leches fritas flambeadas que sabían mucho a alcohol para mi gusto, unos canutillos de crema de textura perfecta y un sorberte de limón con vodka. Los acompañamos con unos cafés y un patxarán (invitación de la casa) y terminamos con unos gin-tonics, entre 7 (Beefeater) y 12 euros (G'Vine). La cuenta ascendió a 600 euros, 120 por cabeza, un buen agujero.
En esta ocasión el servicio no fue todo lo perfecto que las anteriores, estaba más disperso, como ausente y al final de la noche con un punto muy seco pero el sitio, a pesar de lo caro, sigue siendo uno de mis favoritos y uno de los restaurantes donde mejor cuidan la materia prima.De vuelta en el Gorria de  Barcelona

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