Revista Cine

¿Deberían los grandes estudios utilizar Kickstarter?

Publicado el 16 marzo 2013 por Cinefagos

Kickstarter

El crowfunding es una forma muy interesante de financiación que sólo ha sido posible en la era Internet y que ha experimentado un gran boom en el último año. Si bien es cierto que hay pequeñas muestras que indican que este repentino éxito está a punto de desacelerarse, es noticia el récord que los responsables de la serie Verónica Mars han batido al alcanzar dos millones de dólares en pocas horas para la realización de una película basada en la serie de mismo nombre. Y todo gracias a unos pocos fans acérrimos y voluntariosos.

La idea del Crowfunding es sencilla. Alguien tiene una idea que quiere sacar adelante, ya sea un videojuego indie, una película o incluso, sistemas operativos o consolas. El problema de esta gente de probado talento es que el plan que nos presentan es completamente irrealizable ya que no disponen de los medios económicos suficientes para sacarlo adelante. En otras palabras, necesitan dinero y ellos ponen su proyecto a la venta para que quien quiera pueda donar una cantidad, grande o pequeña, para que puedan desarrollarlo. Si tú quieres rodar un cortometraje y el público ve potencial en él, podrías obtener incluso más dinero del que necesitabas. Parece una idea redonda, los creadores consiguen lo que necesitan sin estudios que interfieran en su visión creativa (incluso, en muchos de los casos no hay ningún estudio que quiera involucrarse en ellos), y los fans o el público obtienen no sólo la satisfacción de haber ayudado en el proyecto sino también la posibilidad de ver realizado algo que les ha llamado lo suficiente la atención como para invertir en ello.

Bar Refaeli – Kickstarter

Una forma muy fácil y rápida de entender este sistema es el video paródico que la modelo Bar Refaeli (conocida sobre todo por ser la ex de Di Caprio), grabó pidiendo ayuda para grabar un video porno con ella como protagonista y que podéis ver un poco más arriba. Como es de esperar, las donaciones rebasan el tope que ella pedía hasta alcanzar cifras astronómicas. Pero aunque divertido, el vídeo plantea una realidad a la que estamos llegando demasiado pronto y que puede significar el fin del crowfunding independiente y el acaparamiento por parte de los grandes estudios de Hollywood de esta idea que algunos ejecutivos han visto como una fuente de dinero fácil y rápido.

Es el caso de Verónica Mars. Una serie de televisión cancelada tras su tercera temporada y que anunció hace unos días su idea de hacer una película, para el que necesitaban dinero de los fans. Conozco personalmente a gente que ha dado dinero para esta causa, y han sido los seguidores quienes han reunido esa cantidad de dos millones de dólares que mencionábamos antes, haciendo posible el proyecto. Por supuesto, esto ha hecho que los viciosos ojos del dragón de Hollywood, personificado en las figuras mitológicas de varias cabezas como la Fox o la Warner, empiecen a ver las posibilidades de este medio. Y es probable que pronto nos encontremos muchísimos más proyectos apadrinados por estas grandes multinacionales con la idea de que el público les ahorre gran parte del presupuesto. De inmediato han surgido las voces que califican esto de tramposo y hasta poco ético, porque no se trata de aficionados o de profesionales sin medios, sino de una gran corporación que ha encontrado un filón a explotar. Es el caso de la consola Ouya, que inició su campaña asegurando que necesitaban conseguir una cantidad que rebasaron con creces, llegando a alcanzar los ocho millones de dólares en un mes. Se nos presentó la financiación en crowfunding como la única forma de sacar este interesantísimo proyecto adelante PERO, al cabo de unos días, se supo que la compañía que la iba a desarrollar lo había hecho para abaratar costes. Si necesitas veinte millones de dólares para reformar tu casa y tu vecino te da siete por el mero hecho de ayudarte, aprovechas esa oportunidad.

Lo malo viene cuando te das cuenta de que no te importaría pagar por un desarrollador independiente y con ilusión, y tal vez incluso, pagar por el juego más tarde, pero desde luego, no quieres entrar en la lista de productores de la FOX para que ellos puedan hacer malabarismos económicos y así cobrarte dos veces por el mismo proyecto. No pagaríamos por ver El Hobbit si nosotros la hemos hecho posible, y con un estudio capaz de gastarse cientos de millones de dólares al año, que miren a Kickstarter es una falta de escrúpulos increíble y un gran problema para la plataforma. Algo que tenemos que tener muy claro es que los estudios pueden permitirse estos gastos por mucho que anuncien pérdidas y jueguen con las cuentas para no pagar impuestos (Hace poco se supo que El Retorno del Jedi aún no ha producido beneficios, y tenemos que creérnoslo) y, más importante, es su negocio. Se dedican a esto.

El debate que páginas como Worstpreviews mantienen en estos momentos es si deberían ir por este camino, y mi respuesta es un rotundo NO. No se puede jugar con los fans de series como Expediente X, que llevan años con campañas para conseguir una tercera película, esperando que además les den no sólo el dinero de las entradas, sino también, la cantidad necesaria para hacerla, o infinidad de proyectos que ellos sí son capaces de financiar, pero prefieren no hacerlo. Entiendo que es una excelente oportunidad, pero también, hay mucho listo que puede colapsar este invento y acabar quemándolo, y eso pasará cuando la Marvel nos pida dinero para el nuevo Iron Man, o para su próximo y mastodóntico proyecto, en la confianza de que el público (ese mismo al que tildan de ladrón por culpa de las descargas y la piratería) les solucione el trabajo.

¿Deberían los grandes estudios utilizar Kickstarter?
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