Atentos latineros empedernidos. Atentos también los que no lo sois tanto. Tenemos nuevo gastrobar en el área dominical de Madrid por excelencia y, la verdad, se agradece.
¿Que por qué? Porque las cañas y pinchos de bar en bar entran de muerte pero, admitámoslo, no son el culmen de la calidad. Aquí, en Deboanir, los domingos son otra historia.
En primer lugar, punto ganador para esas maravillosas vistas que tiene gracias a su ubicación, frente a la Real Basílica de San Francisco el Grande.
En segundo, porque este bar y restaurante no se queda en la fachada, otro punto más para su excelente coctelería, que se se agita y mezcla con tapas y raciones, ideales para ir probándose de medio en medio formato, firmadas (muy bien firmadas) por el chef Alberto Gimeno.
Momento crítico, ¿qué elegir? La carta no es muy extensa pero es tan apetecible que cuesta. Desde luego no hay que dejar de probar sus originales bravas, porque son doce bombas de sabor, ni sus también explosivas sardinas marinadas, ni su rabo de toro con frutos secos y espuma de patata para coger pan y no soltarlo. Lo bueno de Debonair es que, tanto en barra como en mesa, se disfruta comentándolo, yendo de un plato a otro, probando sus recetas de taberna actualizada y, sobre todo, volviendo una vez y otra vez más.
Sí. Debonair hace que cualquier día pueda asemejarse a un domingo. Y eso, amigos, es irresistible.
Carrera de San Francisco, 15. Tlfn, 915 68 68 45
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