Revista Diario

Dejad (o no) que los imberbes voten

Por Julianotal @mundopario
Dejad (o no) que los imberbes voten
En pocas semanas se empezó a dar una discusión donde el rol de la juventud es el tema principal: comenzó con la medida de censura que inició el macrismo, luego de la opereta mediática avivada por la llamas de la pelotudez de Lanata, que consistía en la denuncia a través del 0-800 iniciando una estigmatización de las organizaciones políticas y tratando a los pibes de los colegios como idiotas que se dejan llevar de las narices y son sometidos a lavados de cerebros por medio de La Campora. Una terrible boludez (sabiendo que no hay nada que supere al adoctrinamiento mediático, la plena incitación al consumo y la cosificación humana no deja de ser un adoctrinamiento solapado).Ahora, por el lado del oficialismo se lanzó la campaña por dar inicio a una apertura de participación para que puedan votar aquellos pibes de 16 años que estén interesados en la política, se genera una multiplicación de opiniones, favorables o contrarias, pero pocas intervenciones de los implicados, ¿serán porque son imberbes? No obstante, se puede vislumbra la brutal estigmatización: en el Clarinete de hoy, y con un título más que elocuente, se alimenta con la rica bosta con la que están acostumbrados a consumir los mediopelos aduciendo que "uno de cada tres jóvenes vive en hogares con planes sociales" (traducido para lectores de Clarín: "uno de cada tres jóvenes votarían al kirchnerismo, porque su familia son una manga de vagos que viven del Estado corrupto, etc). En dicho artículo se manifiesta que la gran mayoría de esta franja de la sociedad con 16 años pertenece al grupo de los "ni/ni" (ni trabajan, ni estudian). ¿Darle la oportunidad del voto ampliaría el espectro del clientelismo político? Evidentemente, lo que se puede interpretar desde esa mirada es que, como la gran mayoría no le interesa la política pueden ser influenciables por el clientelismo político: el clásico discurso antidemocrático.Como era de esperar, la opinión de Morales Solá sintetiza el pensamiento conservador y reaccionario al respecto:"Al oficialismo lo salva de la perdición el buen manejo que tiene del ritmo político. No resuelve ningún conflicto grave de la sociedad, pero no pasa semana sin que la llene de nuevas y prescindibles iniciativas políticas. El voto de los inmigrantes o de los jóvenes menores de 18 años es, también, una confesión implícita de debilidad electoral. Sólo la fragilidad explica esas desesperaciones. Si la modificación sobre el voto de los menores se concretara, la legislación argentina debería ser cambiada para buscar cierta coherencia. ¿Por qué los menores de 18 años estarían amparados por los tratados que protegen a los niños, que tienen rango constitucional, para ser condenados por delitos graves si, al mismo tiempo, estarían en condiciones de elegir a las autoridades de la República?"¿Acaso los pibes solo pueden obedecer a los dictados de la sociedad de consumo y no pueden ser ciudadanos?

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