Revista Tendencias
Dejar de fumar es una de las decisiones más importantes que puede tomar cualquier persona adicta al tabaco. Ya que, a pesar de su dificultad, supone un cambio de hábitos y un aumento de la calidad de vida del que toma la decisión de dejarlo.
Según las investigaciones llevadas a cabo por la Organización Mundial de la Salud, el tabaquismo es una epidemia que mata a más de cinco millones de personas cada año, más que el VIH/Sida, la tuberculosis y el paludismo juntos. Muchas personas, al conocer sus efectos, se han planteado dejarlo (muchas veces sin éxito, debido a la adicción que la nicotina produce en el cuerpo).
Por eso, profesionales de la salud de distintas especialidades han puesto en marcha la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo en España. Un modelo importado del Reino Unido que pretende impulsar el uso del cigarrillo electrónico, parches de nicotina, chicles, fármacos y otros mecanismos de liberación de nicotina como una alternativa para aquellos a los que les resulta difícil dejar de fumar.
Hace casi 9 años que el cigarrillo electrónico llegó al mercado como sustituto del tabaco, y aunque todavía no se conocen con certeza sus efectos secundarios a largo plazo debido a la falta de estudios independientes, se sabe que el "vaper" está basado en el glicerol y otros componentes químicos muy cancerígenos.
Las organizaciones españolas para la salud están en contra del uso de los cigarrillos electrónicos como alternativa para dejar de fumar. La técnica que los defensores del cigarrillo electrónico avalan como eficaz, es ir reduciendo la dosis de nicotina de manera controlada hasta llegar al momento de no necesitarla.
Es cierto que sus efectos en los pulmones son menores, pero el cigarrillo electrónico también produce bronco constricción y neumonía lipoidea debido a que el glicerol se deposita en el aparato respiratorio y su expulsión al exterior resulta dificultosa. Es más, los cigarros electrónicos que contienen nicotina aumentan la frecuencia cardíaca y los niveles de nicotina en la sangre igual que los cigarrillos normales.
Lo que no le convierte en el mejor sustituto del tabaquismo, la dependencia a la nicotina podría provocar una recaída al cigarrillo convencional, y un posible aumento de la dosis diaria (esto le pasa a 7 de cada 10 fumadores que intentan dejarlo). Por eso, para dejar de fumar, es mejor alejarse de la nicotina desde el primer momento.
Si el cigarrillo electrónico se presenta en España como una técnica novedosa, existen miles y la mayoría no están avaladas por la ciencia. Dejar de fumar es difícil, para conseguirlo, se recomienda ser positivo y buscar apoyo en la gente más cercana para que ayude a superar el síndrome de abstinencia.
El método más eficaz es el que está basado en terapias para desengancharse de la nicotina, estas terapias incluyen rutinas para mantenerse ocupado, hacer ejercicio, evitar la cafeína, alejarse de ambientes en los que haya fumadores, relajarse con respiraciones profundas, comer fruta, beber mucha agua, etc.