Una creencia se cumple porque ponemos nuestro poder en ella. Hemos sido educados para delegar nuestro poder y atomizarlo en múltiples creencias, así se va desplegando el proceso de desempoderamiento a lo largo de nuestro "crecimiento". Para recuperar nuestro poder hemos de desandar el camino de nuestra educación: reeducarnos. Es necesario ir recuperando el poder que nos pertenece de todas las creencias en las que lo depositamos y, sobre todo, retirar la parte de nuestra identidad que les cedimos, que es lo que realmente nos convirtió en sus prisioneros.
Nuestros educadores sin proponérselo nos van convirtiendo en sirvientes de las creencias de nuestra cultura, atomizando nuestro poder y nuestra identidad. Por eso, es fundamental que iniciemos un proceso de empoderamiento, de volver a juntar los trozos en los que nos dividimos. Si además somos nosotros mismos educadores, el hacerlo nos traerá la satisfacción añadida de haber roto la cadena del desempoderamiento.
Ser auténticamente libre requiere reconocernos más allá de las creencias, dejar de ser sus sirvientes para convertirnos en los amos y creadores de nuestra vida, a partir de ahí las creencias sólo serán casas en las que pensar, cuando se nos queden pequeñas las ampliaremos o simplemente buscaremos otras, incluso nosotros mismos podremos crear algunas y ofrecerlas al mundo, ¿te animas …?