Escarlata O´hara decía eso de: “Ya lo pensaré mañana…” y se quedaba tan ancha después de haberle pegado un tiro a un ladrón que intentaba robar en su casa. Ella, tenía esa filosofía de vida y ¡mira tú por dónde no le fue tan mal! Salvo al final de la pelí que el tío la deja tirada…
Estoy preocupada… En serio, porque no tengo muy claro qué filosofía aplicar para salir de este bucle existencial. Y ya me empieza a “mosquear” eso que me dicen sobre cambiar mi filosofía de vida porque parece que algo estoy haciendo mal y me estoy “boicoteando” a mi misma con tanto analizar y psicoanalizar.
Tenemos a los amantes del “carpe diem” (los cojones… ¡Que no se puede hacer lo que te dé la gana sin más!) que predican eso de “vivir el presente” o “disfrutar del momento” como si no hubiera mañana. Pues por si no se han dado cuenta el mañana depende muchas veces de las acciones que hagas hoy ¿o no? Y si la cagas después igual no lo puedes remediar.
Así que lo de vivir sin pensar más que en lo que pasa, no lo tengo muy claro… No vaya a ser que mañana te arrepientas de haberte casado con un doble de Elvis durante una noche loca en “Las Vegas” sólo porque “vivías el momento” y ese momento con 7 “margaritas” en el cuerpo y con una “escalera de color” te hicieron contraer matrimonio con el primer loco que encontrabas.
A todo esto: ¡Cómo se lo montan en las Vegas! ¿no? Yo pensaba que el Pachá IBIZA era lo máximo pero …”Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas! Sobre todo la pasta… ¿Cuánto se puede perder en un Casino de semejante envergadura? Lo más parecido a las Vegas fue mi paso por Atlantic City…. Y de haber aplicado el “carpe diem” no sé si me hubiese casado con Elvis o con Jonh Travolta… ¡Pero chica…que juerga loca!
No niego que a veces malgastamos energía preocupándonos de cosas que no dependen de nosotros y que no se pueden controlar… En efecto, no podemos controlarlo todo y a veces nos preocupamos por cosas (por que no queremos que nos salgan mal) pero somos nosotros mismos los que terminamos de joderlas con nuestra actitud. Verdad verdadera…¿ A qué sí?
Mi problema yo creo, no es el no vivir el presente o disfrutar del momento, es darle demasiada importancia a las cosas o las personas cuando en realidad no debieran importarme casi nada… ¿Me voy a preocupar por si me llama mañana? Pues sí, me preocupo porque quiero que me llame (tampoco lo voy a negar) y porque si no lo hace me va a sentar mal…Pero ¿Cuánto de mal? He ahí la cuestión.
Siempre se ha dicho que la importancia es relativa… ¡Y tanto que sí! Relatividad más que en la Teoría de Einstein… Por eso yo creo que la importancia que les damos a las cosas y cómo dejamos que nos afecten es lo que impide que podamos disfrutar… Si el chico en cuestión me importa un pepino que me llame o no me llame me da exactamente igual, pero si me interesa ¿Cómo no me va a afectar?
Para más INRI, a medida que aumentan nuestras responsabilidades en la vida, sabes perfectamente que hay cosas que no puedes dejar al azar… Una pareja no es lo mismo que un rollo, que un amante, que un amigo o que un familiar…
Entonces, los que me dicen que disfrute el momento sin preocuparme de nada o de si mañana esa persona va a estar, llamar o “manifestarse” ¿Qué me están diciendo exactamente? ¿Qué debo hacer que no me importa nada y vivir la vida loca sin más? Pues pido disculpas por ser una “ingenua” e ilusionarme con personas que sí, que a veces no merecen mi atención, ni mi energía ¡Ni nada de na! Y yo de idiota me preocupo en demasía por lo que puedan pensar…
No les falta razón a los que predican vivir el momento pero ¿Cómo vivir el momento sin implicarte más que una noche? ¿o más que un polvo? ¿o más que un café? Claro… Me tomaré el café sin azúcar, el polvo sin compromiso y el momento sin ilusión…¡Pues vaya teoría tan superficial!
Entiendo que el problema es dejar que nos afecten las cosas, que los momentos hay que vivirlos, pero también hay que implicarse con los momentos y en las personas ¿no? Yo no estoy diseñada con botón de “resset” incorporado de serie en mi memoria y en el que en cuanto ese alguien desaparece ya no me importa…
Y lo de “ya lo pensaré mañana” reconozco que es un lema que me aplico muchísimo más. Soy capaz de esperar hasta el día siguiente para pensarlo, pero después lo pienso y lo “repienso” de verdad! Y es que cuando algo me afecta puedo optar por que me paralice o aparcarlo en un rincón de mi cabeza y continuar… ¡Lo aparco hasta mañana! Pero sigue ahí y me mira con carita de “cordero degollado”… y no puedo ignorar que me molesta o que me preocupa. ¡Cuando toca pensar hay que pensar!
No es una excusa barata, son maneras distintas de vivir la vida y puedo comprender que muchas veces nos obcecamos, que damos importancia a cosas que a fin de cuentas no deben importar, que hay que disfrutar de los momentos que una vive porque son únicos y no se deben desperdiciar ni los minutos ni los días en pensamientos negativos que sólo sirven para “paralizarnos” o para “estropear” esos momentos dignos del ”Carpe Diem” que reconozco, de vez en cuando… hay que aplicar.