La temporada estival parece que está tocando a su fin y en las calles se palpa la vuelta de las vacaciones. Aunque aún quedan algunas semanas para que inauguremos el otoño, la “señora meteorología” nos ha regalado una actividad un poco, sólo un poco, otoñal que nos ha avisado que el verano está llegando a su fin.Han sido dos meses de desconexión que -por primera vez desde hacia mucho tiempo- me han permitido alejarme del estrés del día a día. Hacía tiempo que no me tomaba unas vacaciones y lograba olvidarme de todo y relajarme, al día siguiente de iniciarlas. Oporto, la segunda ciudad más importante de Portugal, fue el primer destino. Pasear a través de los siglos por las calles de la ciudad y visitar el centro histórico, Patrimonio Mundial, ya resultaba una buena propuesta. Dicen que esta ciudad tiene un cierto aire británico, desde que se asentaron aquí los comerciantes de vino ingleses, y no les falta razón.Puede que sea un tópico, pero, situada en pleno centro de Oporto, cerca de la Torre de los Clérigos, se encuentra la que está considerada como la librería más bella de Europa. Un edificio de estilo neogótico construido en 1906 que alberga la Librería Lello e Irmao (Rua das Carmelitas 144), utilizada como escenario para rodar algunas escenas de las películas de Harry Potter.Lo mejor para descubrir esta ciudad es ir sin prisas, sin planes, y dejar que ella te vaya mostrando, descubriendo sus encantos.La oferta para comer es muy amplia, aunque no todos los locales son recomendables. Mejor observar y ver qué hay sobre los platos antes de entrar.Sólo una recomendación, el Restaurante O Manuel. Un local acogedor y muy concurrido en Matosinhos, a las afueras de Oporto (se puede ir en metro), donde podremos disfrutas de un pescado y marisco fresco del día a las brasas.Por supuesto, estando en Oporto no podemos dejar de visitar alguna de sus bodegas y sus viñedos. Nosotros nos inclinamos por la Quintado Tedo (Vila Seca). Una pequeña bodega a orillas del Duero donde sus viñedos están plantados de forma tradicional, en terrazas, cultivando varias variedades de uvas tintas dominadas por la Tinta Roriz, Tinta Barroca, Tinta Cão, Touriga Nacional y Touriga Francesa. Tras varios años de reconversión, la Quinta do Tedo es desde 2010 una bodega cuyo cultivo se desarrolla bajo los conceptos de agricultura ecológica.¿Y qué pasa con los oportos?, pues, que hay algunos que están de vicio. En la Quinta do Tedo nos prepararon una cata con los vinos que elaboran (oportos y tintos). Difícil inclinarse por alguno de los oporto (los tintos no los probé), aunque puestos a mojarte, el Vintage 1997 o 2007, resultaban irresistibles.
CADAQUÉS, EL OTRO MAREl paraíso existe. Es múltiple. Y una de sus localizaciones está en la Costa Brava: Cadaqués.Hacía tiempo que quería ir a este pequeño pueblo de pescadores. Pero, por unas cosas u otras, siempre quedaba relegado. Cadaqués es uno de esos lugares que tenía idealizados (no porque Dalí tuviera allí sus mejores años creativos), y puedo asegurar que no me ha defraudado en lo más mínimo.Han sabido conservar su esencia sin destruir el paisaje. Las nuevas construcciones están subordinadas a las antiguas, y el conjunto conserva ese aire de pequeño pueblo de pescadores.De las playas-calas y el Mediterráneo no voy a decir nada. Te dan ganas de ser pez, o pulpo o erizo, y vivir en sus aguas.¿Y de comer, qué?. Tuvimos la suerte, o el olfato, de recalar en dos recomendables lugares. Nos gustaron por su comida, por el trato y por el lugar-vistas que tienen. No quisimos arriesgarnos con otros, y todos los días íbamos alternando: L’Estable y/o Restaurante Losai.L’Estable es un local regentado por Bruno y Ana especializado en tapas desde 1967. Lo mejor, dejarse aconsejar por ellos, no nos defraudaran. No dejar de probar las anchoas que elabora la abuela o esos calamarcitos a la plancha que quitan el sentido.El Restaurante Losai tiene una ubicación (las mesas de la terraza) privilegiada. Comer o cenar teniendo como vista el mar de Cadaqués es como si te regalaran un plato extra. Eni (no sé si viene de Ennio) es el responsable de la cocina. Como buen italiano, elabora una pasta casera muy recomendable: en su punto, con los ingredientes justos y una combinación de sabores perfecta. Sus raviolis de cebolla y queso de cabra, o los de espinacas… son imprescindibles probarlos. Una recomendación, no ir muy tarde para coger una buena mesa. Pero si llegamos y están llenos, no importa. Esperamos -que el mundo no se acaba-, y a disfrutar.
TARTAR DE TOMATE Y SARDINAS EN ACEITEPara abrir boca, y como todavía hace “bueno”, aquí va una receta muy sencilla y rápida de elaborar y sabrosa. Está inspirada en una que publicó Dolors en Blog de Cuina. Digo inspirada porque la idea la cogí de su receta. Pero luego, a la hora de elaborarla, he ido realizando algunos cambios según lo que tenía en la nevera.INGREDIENTES PARA 2 PERSONAS2 tomates de ensalada bien maduros.2 sardinas en aceite.2 rebanadas de pan que tostaremos al fuego.Alcaparras.Pepinillos.1 cucharada de mostaza antigua.Aceite de Oliva Virgen Extra.SalPREPARACIÓNPelamos los tomates, los cortamos en dados y los dejamos en un bol para que vayan soltando el jugo.Enjuagamos las alcaparras y las secamos. Cortamos los pepinillos a rodajas.Ponemos en la batidora el jugo de los tomates, el Aceite de Oliva Virgen Extra y la cucharada de mostaza. Lo emulsionamos con la minipimer y lo añadimos a los tomates. Echamos también las alcaparras y los pepinillos. Mezclamos todo bien y lo dejamos reposar unos minutos.
Cogemos unos moldes y vamos montando el plato poniendo el tomate, y luego una sardina abierta, junto a la rebanada de pan tostado al fuego.