La liberación de Albert Vilalta y Roque Pascual, los dos miembros de la ONG "Barcelona Solidària" secuestrados por una presenta rama magrebí de Al Qaeda, representa un triunfo de la diplomacia española y una apuesta decidida de un gobierno occidental por la negociación y la complejidad frente al recurso a la fuerza bruta, ensayado recientemente en un caso semejante por los franceses, con el resultado predecible: la muerte del secuestrado.
Dejaré de lado la presencia de ONG's como "Barcelona Solidària" en la zona del Sahel. Un servidor se asomó a esa parte de África hace unos años desde el entonces territorio seguro de Senegal, y lo que vio le dejó sin ganas de regresar; y ya digo que se trataba del norte de Senegal, nada que ver con las áreas tribales de Mauritania, Malí y Niger. Por lo demás quienes siguen este blog ya conocen mi opinión sobre las ONG's en general; el caso concreto de "Barcelona Solidària" no hace sino reforzar mi aprensión hacia esas organizaciones, sus fines y algunos personajes que las integran. Otro día les explicaré en detalle el por qué.
Yendo a lo que importa ahora, lo que más me ha llamado la atención en la resolución de este secuestro ha sido el clamoroso silencio con el que ha sido acogido por la prensa internacional. En Le Monde ayer, por ejemplo, la noticia se despachaba en apenas unas líneas escondidas en la sección de internacional. Está claro que en Francia deben andar algo resentidos porque el "método Zapatero" de chalanear haya resultado más eficaz que resucitar "Beau geste" y emprenderla a tiros con medio Sahel, pero aún así Sarkozy y la izquierda mediática francesa deberían ser más deportivos y reconocer que en este caso, y probablemente sin que sirva de precendente, el Gobierno español les ha pasado la mano por la cara. De los norteamericanos y su "Cruzada contra el terrorismo internacional", mejor ni hablar. La liberación pactada de los secuestrados es la peor noticia que podían recibir quienes comulgan con sus llamémosles principios, y no sólo en EEUU. Por ahí anda cierto Guerrero del Antifaz que aún no hace una semana se paseaba por la frontera de Melilla "con dos cojones", como le gritaron sus partidarios.
En realidad, más que a Zapatero y a "su" Soraya (Soraya Rodríguez, la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional) el éxito hay que apuntárselo una vez más a Alfredo Pérez Rubalcaba, quien ha vuelto a ser el eficaz bombero moviendo los hilos y coordinando desde Madrid, y a los servicios secretos marroquíes (¡qué papelón estos días el del Partido Popular!), como daba a conocer hoy en el Telediario el mismo Rubalcaba. Añadan alguna muy discreta gestión de Gaddafi y tendrán el cañamazo sobre el que se ha tejido la libertad de Vilalta y Pascual. Con un añadido gratificante: los países de la zona saheliana han sido capaces de cooperar entre ellos, alternando la presión militar y la negociación política, para lograr que las bandas responsables del secuestro se avinieran a cobrar el rescate y dejar marchar a sus rehenes.
Porque en realidad, no se engañen: si todo este asunto ha terminado bien, como así ha sido por fortuna, se debe fundamentalmente a que a esos presuntos islamistas lo único que les interesaba era el dinero. Conseguido éste y la libertad de uno de sus cabecillas preso de los mauritanos, han soltado a los secuestrados sin más. ¿Al Qaeda del Magreb Islámico? puro invento de los servicios secretos magrebíes y occidentales. Vean el comunicado de los secuestradores enviado ayer a El País, un texto supuestamente redactado por islamistas furibundos, que en su torpeza y simplonería mueve a la risa; no hace falta ser experto en nada para tras su lectura, darse cuenta de que no es más que burdo maquillaje "político" redactado por un grupo de bandidos, probablemente touaregs, de los que llevan siglos asaltando viajeros y caravanas en esa área geográfica tan extensa como incontrolada, y que mediante él buscan un paraguas ideológico que les evite represalias.
Los de "Barcelona Solidària" han tenido mucha suerte. Más que nada, porque al sur de Argelia los únicos islamistas que hay hoy día son los que inventan los "expertos en terrorismo internacional" para manipular las opiniones públicas occidentales.
En la fotografía que ilustra el post, publicada por El Periódico de Catalunya a los pocos días de haber sido secuestrados, aparecen de izquierda a derecha Albert Vilalta, Alicia Gámez y Roque Pascual. La mujer sería liberada unas semanas más tarde.