En 1959 fue la primera vez que se recogió en un documento los derechos que tenía la infancia. Era la Declaración de los Derechos del Niño, y fue aprobada de manera unánime por los 78 miembros que componían las Naciones Unidas.
El objetivo de este documento era garantizar una infancia feliz, y segura para todos los niños del mundo. La pega en este caso es que el decálogo no era vinculante, lo que supone que a nivel legar, dependía de la voluntad de cada nación su legislación y cumplimiento. Este documento recoge los 10 derechos fundamentales que se le reconocen a los niños, que eran los siguientes:
1º Todos los niños sin excepción tienen derechos. Los mismos derechos como individuos, independientemente de su procedencia, raza, sexo, idioma o religión.
2º Derecho a tener una protección especial. El niño debe desarrollarse física, mental y socialmente en libertad y con dignidad.
3º Derecho a tener un nombre y una nacionalidad desde su nacimiento.
4º Derecho a la salud, para crecer y desarrollarse plenamente. Esto incluye cualquier cuidado que pueda necesitar, una alimentación saludable y atención médica adecuada.
5º Derecho a educación y tratamiento especial cuando una incapacidad o enfermedad lo hacen necesario.
6º Derecho al cariño y al amor. Deberán crecer al amparo de sus padres siempre que sea posible. En cualquier caso, en un ambiente de afecto y seguridad.
7º Derecho a la educación, gratuita y obligatoria, en condiciones de igualdad de oportunidades, para que puedan desarrollarse como personas.
8º Derecho a la protección. Serán los primeros que reciban protección y socorro.
9º Derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad, y explotación.
10º Derecho a la no discriminación. Debe ser educado en un espíritu de tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal.
Un tratado de obligado cumplimiento
En 1989, también un 20 de noviembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobaba la Convención de los Derechos del Niño, que aspiraba a garantizar la protección de todos los niños del mundo.
Este tratado, recoge de una manera mucho más desarrollada el decálogo anterior, con 54 artículos, todos ellos dotados de la misma importancia. No habrá ningún derecho más importante que otro.
La particularidad de este documento es que en este caso todos los países firmantes tienen la obligación de cumplir y garantizar los derechos recogidos en el mismo.
La Convención de los Derechos del Niño reconoce al menor como individuo, miembro de una familia y una comunidad, dueño de sus derechos y también de sus responsabilidades, dentro de su etapa de desarrollo.
El fin último del tratado es asegurarse de que los niños crezcan en un ambiente feliz y sano, garantizando su protección, especialmente ante situaciones de abandono, violencia, enfermedad o pobreza, ante las que el niño es especialmente vulnerable.
¿Se respetan hoy los derechos del niño en todo el mundo?
A día de hoy, todos los países, salvo EEUU, han ratificado la Convención de Derechos del Niño. Sin embargo, estamos lejos de haber conseguido una protección integral de los derechos de los niños y niñas, a pesar de ser este documento vinculante y de obligado cumplimiento.
Foto: Trevor Cole