Revista Psicología

Describen deterioro cognitivo grave en anorexia y bulimia

Por Mundotlp @MundoTLP
Describen deterioro cognitivo grave en anorexia y bulimia

Un estudio de la Universidad de Barcelona y el grupo ITA revela que las secuelas de los trastornos de la conducta alimentaria de larga evolución no son sólo físicas.

Las secuelas físicas de la anorexia y la bulimia de larga evolución están bien descritas pero no las neuropsiquiátricas, de ahí la trascendencia de un estudio publicado en Neuropsychiatric Disease and Treatment que revela que hay importantes tasas de deterioro cognitivo en pacientes con historial de trastornos de la conducta alimentaria de más de diez años.La investigación, llevada acabo por Antoni Grau, director clínico del grupo ITA (formado por más de 30 centros especializados en la atención a los trastorno alimentarios y repartidos por toda España); Gustavo Faus, director de calidad y seguridad del paciente del mismo, y por Ernesto Magallón-Neri y Guillem Feixas, del Departamento de Psicología clínica y Psicobiología de la Facultad de Psicología y el Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona, consistió en evaluar el rendimiento de un grupo de 82 pacientes en diferentes pruebas.La mitad de ellas sumaban más de diez años de evolución y la otra mitad, habían empezado con el trastorno hacía menos de dos años. Cada uno de esos grupos se comparó con el rendimiento de otro grupo control sano con mujeres de edades equiparables.Así se detectó que en el grupo de pacientes de larga evolución existe un importante porcentaje de deterioro cognitivo en las áreas de memoria, atención, flexibilidad cognitiva (capacidad de dejar de hacer una cosa para pasar a otra y luego volver a la primera), capacidad visoconstructiva (imaginación de formas en el espacio), orientación espacial y capacidad de resolución de problemas. A pesar de tener una edad promedio de 30 años, casi la mitad de pacientes con más de diez años de duración en el trastorno presentaron un deterioro en alguna de estas áreas más propio de personas que superan los 70 años de edad.Grau afirma que “el pobre funcionamiento en estas áreas contribuye a dificultar todavía más las posibilidades de recuperación de estas pacientes. La mayor parte de déficits se detectan dentro de lo que se conoce como funciones ejecutivas; es decir, aquellas implicadas en la capacidad de atender, anticipar, planificar una acción y ejecutarla. La pérdida de estas capacidades supone también una pérdida de oportunidades a la hora de conseguir y mantener un empleo, integrarse en una red de apoyo y conservar los principales hábitos de autonomía”. 

Factores causantes

A pesar de que el estudio no tenía como objetivo describir los factores causantes de ese deterioro, los autores sugieren que la desnutrición prolongada, el uso de conductas de purga como el vómito o el abuso de laxantes y diuréticos o el aislamiento social pueden ser responsables. El equipo admite que queda por responder a qué parte de ese deterioro se puede revertir con tratamiento adecuado. Además del abordaje de los síntomas alimentarios y el malestar psicológico detrás de los mismos, tienen previsto estudiar nuevas técnicas basadas en la rehabilitación cognitiva.

Sensibilización

“Hemos avanzado mucho en sensibilización de estos trastornos (detección precoz) pero no hemos avanzado en conciencia de  las Administraciones públicas acerca de lo importante que es este problema y las graves secuelas que pueden quedar en las afectadas (la mayoría son mujeres), que les impiden estudiar, trabajar y relacionarse socialmente”, dice Grau.Recuerda que, además, se reduce su esperanza de vida, puesto que ya se han descrito afectaciones como la menopausia precoz (con 30 años); osteoporosis; daños en órganos vitales como hígado, corazón y riñón; problemas digestivos de toda índole (parálisis intestinal que les obliga a usar un estimulador eléctrico); pérdida de visión; infertilidad, y problemas dermatológicos. “Entre los trastornos mentales, éste es el que tiene mayores afectaciones físicas y también es el que tiene mayor mortalidad, incluyendo el suicidio; más que la esquizofrenia y las adicciones”, asegura Grau. La mortalidad en anorexia es del 5% y en bulimia, del 4%. Para calcular la tasa de suicidios se utiliza la tasa de mortalidad estandarizada y, en el  caso de los trastornos alimentarios, es de 31 (en depresión mayor, 27; toxicomanías, 18, y esquizofrenia, 8).Tal y como informó recientemente Correo Farmacéutico, las oficinas de farmacia son un lugar estratégico de información y detección, de ahí una campaña en curso promovida por Cofares, con el apoyo del COF de Madrid y Fita Fundación.Fuente: correofarmaceutico
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