Si estás leyendo este artículo y conoces un poco mi historia, posiblemente sepas que desde hace 7 años me dedico profesionalmente al coaching. Una profesión que me encanta y me apasiona y que se ha convertido en mi modo y filosofía de vida. Si alguien me preguntara si hay alguna otra profesión que me encantaría tener, tal vez sólo la de escritora profesional se equipararía a la pasión que siento por el coaching. La parte buena es que ambas profesiones no son auto-excluyentes ;)
Pero hoy quiero ayudarte a descubrir si el coaching es también una opción para ti si estás deseando reinventarte. Seguramente habrás oído hablar mucho de esta profesión y te estarás preguntando si serías capaz de dedicarte a ello, si tienes las cualidades necesarias, si no será ya demasiado tarde reinventarte como coach, si no seremos muchos los coaches que ya hay en el mercado o si se puede vivir realmente de esta profesión.
En este artículo he reunido tanto mi parte más personal de cómo me inicié en el coaching de vida, así como la parte más práctica, basada en todos los años de mi experiencia profesional, respondiendo todas tus dudas.
Cómo fueron mis inicios en la búsqueda de mi pasión
Cuando empecé mi camino de reinvención, allá por el 2013, tenía muchas dudas. Sabía con claridad que no quería seguir trabajando de lo que fuera, como había hecho durante toda mi vida, con tal de ganar dinero... Pero lo que no sabía en absoluto es a qué me podía dedicar.
Todo empezó durante nuestra aventura europea, como lo llamamos con mi marido ahora. A partir del 2011 nos mudamos a Múnich (Alemania) donde Carlos tenía un contrato temporal en una empresa alemana que no sabía cuándo iba a terminar.
Yo había conseguido tener varios empleos en Alemania, de publicista en prácticas en una agencia de publicidad, de medidora de estantes de supermercados (el que podría llamarse el peor trabajo de mi vida, pero el que más me sacó de mi zona de confort) y luego en una agencia de marketing de afiliación de Data manager.
Me hace gracia esto último porque los números y yo nunca hemos sido amigos. Y sin embargo, logré convertirme en imprescindible para mi jefa, sin hablar un buen alemán.
El caso es que en esa época escuchaba muchos audios de crecimiento personal y espiritual. Esa era claramente mi pasión. ¿Pero se puede vivir realmente de ello?
Siempre creí que si querías dedicarte a ayudar a los demás debías tener la profesión de psicóloga y yo no estaba formada en ello. Cuatro o más años de estudio con más de 30 años me parecían demasiado... Así que seguía leyendo libros, escuchando audios, vídeos y me seguía buscando.
En esa época había abierto ya mi blog, que inicialmente se llamaba Creando felicidad (a día de hoy, mantengo ese nombre para mi canal en Youtube y Facebook). Si había algo que tenía muy claro, es que la felicidad no se busca, se crea, pues ser feliz no es casualidad, sino una decisión.
También desempolvé una de mis pasiones de toda la vida: la escritura. Seguía blogs de escritores jóvenes que se labraban un hueco en el mundo online. Incluso llegué a escribir y terminar la primera novela de una trilogía, escrita a dos manos con mi hermana pequeña. Fue una experiencia curiosa, divertida y muy positiva... Pero seguía sin tenerlo claro.
Recuerdo que en esa época ya nos habíamos casado Carlos y yo y nos habíamos mudado a Holanda, Rotterdam. Mis lecturas de los Vedas, mis paseos y caídas en bici, incluso nuestros intentos fallidos de concebir y convertirnos en padres. En otoño de aquel 2013 mi marido me dijo: ponte una fecha límite para tu búsqueda de pasión y relájate; con lo que yo gano nos da para vivir a los dos.
Y así hice: me puse de límite mi fecha de cumpleaños, febrero. Me pasaba las mañanas del otoño gris holandés escribiendo aquella novela, leyendo blogs, escuchando audios, haciendo yoga y saliendo a dar paseos al lago que teníamos al lado de casa. Ahora lo recuerdo como la época más bonita... pero en aquel entonces me sentía realmente mal, la vocecita interna y juzgadora no dejaba de atosigarme: no tienes trabajo, no ganas dinero, dependes de tu marido, no eres capaz de concebir, no sabes qué hacer con tu vida... Si te soy sincera, en aquel entonces me sentía un fracaso en todos los sentidos.
Poco a poco llegué a darme cuenta de que lo que me gustaba era escribir en mi blog sobre el crecimiento personal. Apenas nadie me leía y los artículos más comentados habían resultado demasiado polémicos para el público que me leía en aquel entonces.
El caso es que empecé a interesarme por terapias manuales como el Reiki y cuando volvimos a España en 2014 hice varias formaciones y prácticas en una fundación en Madrid. Luego trabajé como voluntaria en el Hospital Puerta de Hierro tratando con Reiki a personas que recibían quimioterapia. Fue una experiencia preciosa. Pero sentía que me faltaba algo más.
Y así fue cómo en verano de 2014 descubrí el Coaching. Me cautivó esta disciplina, pues se trataba de ayudarse y ayudar a otros a vivir de una manera más consciente, consiguiendo mejores resultados en sus vidas, mejorando la autoestima, creyendo más en uno mismo... Justo lo que yo misma necesitaba.
¿Por qué me decidí por el Coaching? Pues básicamente, porque la profesión cuadraba al 100% con mis talentos naturales. Si quieres saber cuáles son, sigue leyendo, es posible que resuenen contigo.
Las cualidades que necesitas tener para ser coach
1# Búsqueda de algo más y mente abierta. La primera de todas es que te apasione el crecimiento personal, la espiritualidad, que quieras conocerte más y más, saber por qué actúas como actúas, por qué eres cómo eres, cómo se puede vivir de otra manera. Es decir, la clave aquí es tener la mente abierta. Y este era claramente mi caso.
Desde que soy niña, he sido siempre muy curiosa en cuanto a la psicología de los seres humanos. Me he pasado la vida buscándome y buscándole un sentido a mi vida. Así que el coaching es una de las profesiones perfectas para mí en este sentido.
2# Escucha activa. La otra cualidad es que te encante la gente, te guste escucharles y tratar de ayudarles, entender sus dificultades, su manera de vivir, tratar de entrar en su mundo interno... Esa es la razón por la que me ha gustado escribir siempre, pues la escritura para mí siempre ha tenido un matiz psicológico.
Además siempre he sido la chica que hablaba poco de sí misma y escuchaba mucho a los demás. Mis amigas me contaban confidencias en cuanto a su relación con los padres o con los chicos y me pedían consejo. De alguna forma he sido la psicóloga y mediadora en mi propia familia, reconciliando a mis padres, entendiendo sus puntos de vista y tratando de poner paz.
3# La empatía y el no juicio es algo que también me define. Es decir, soy capaz de ponerme en la piel del otro y entender sus motivaciones, sus puntos de vista, sus miedos, sus necesidades... sin juzgarle ni criticarle por ello. Esta es una cualidad muy necesaria si quieres ser coach, pues para que el cliente se abra a ti y, además, puedas ayudarle mejor, necesitas generar esa sintonía con la otra persona, donde se sienta escuchado, no juzgado y pueda compartirte más.
4# Intuición. Otra cualidad imprescindible es ser capaz de ver más allá. O parafraseando a A.Saint Exupery: lo esencial es invisible a los ojos. Aquí me refiero también a una cualidad que todos los seres humanos tenemos, pero pocos valoramos o ponemos en práctica: nuestra intuición o sabiduría interna.
Si te soy sincera, los mejores momentos ahá que han tenido mis clientes se han producido gracias a permitirme llevarme por la intuición más que por técnicas concretas. Porque cuando estás 100% presente para tu cliente, se produce algo que yo llamo magia o baile entre el coach y el coachee. De repente todo fluye, hay profunda conexión (yo diría incluso a nivel espiritual) y las cuestiones acaban desbloqueándose, abriéndose las nuevas opciones, el ambiente se vuelve más creativo, las respuestas fluyen.
En aquel verano de 2014, en una biblioteca pública de la costera ciudad de Benicasim, a la que íbamos con mi marido a diario para formarnos y buscarnos (ninguno en ese momento tenía trabajo y pasábamos temporadas en la costa, mientras decidíamos qué hacer con nuestras vidas), tomé la firme decisión de que me quería formar como coach de vida.
Desde entonces el coaching no sólo se convirtió en mi profesión, sino en mi filosofía de vida. Ahora cada vez que me encuentro con un obstáculo interno o una dificultad, busco la manera de solucionarlo por mi cuenta y si es algo más grande, con la ayuda de un profesional.
Qué es realmente el Coaching de vida o Life Coaching
A estas alturas del artículo, puede que te estés preguntando qué es en realidad el coaching, de qué se trata, cómo funciona y por qué hablo tan bien de él. Si aún no conoces mucho la disciplina, déjame contarte más.
El Life Coaching o Coaching de Vida es una modalidad esencial del Coaching que pretende que el Coachee (cliente) mejore alguna o varias áreas de su vida: personal, profesional, relaciones, bienestar, etc. El objetivo es que el cliente pueda identificar, diseñar y cumplir sus propias metas.
Se trata de un proceso de transformación en el que el coachee adquiere nuevas habilidades, potencia tus fortalezas, realiza un proceso de autoconocimiento profundo, creciendo a nivel interno. Se trabajan miedos y creencias limitantes, puedes cambiar de hábitos, lograr mayor confianza en ti y tomar mejores decisiones para tener mayor calidad de vida en diferentes áreas de tu vida.
A nivel más concreto, el coaching es un proceso de crecimiento personal en el cual una persona alcanza sus objetivos mediante preguntas que le ofrece el coach que le hacen reflexionar y darse cuenta de sus propios recursos y capacidades. En este proceso la persona crece mucho más allá del objetivo que se ha propuesto, pues expande su psicología, obtiene una nueva y mejorada visión de sí mismo, pasa a la acción, encuentra nuevas opciones y se siente más empoderada y motivada con su vida.
¿Y cómo se consigue este crecimiento? Alineando la psicología de la persona con el objetivo que desea alcanzar.
Imagínate que tu objetivo es reinventarte. Si acudes a un coach, es porque no has conseguido hacerlo por tu cuenta. Probablemente sepas qué quieres lograr (encontrar una pasión que también reúna tus talentos naturales), incluso es posible que te hayas leído libros sobre cómo hacerlo y hasta sepas en qué área de tu vida te quieres reinventar, pero no obtienes los resultados deseados porque existe un conflicto interno entre lo que deseas realmente y tu mentalidad actual.
Seguramente surjan en ti miedos, bloqueos, creencias limitantes de que es tarde, que no lo vas a conseguir, que es muy difícil, que te vas a exponer, harás el ridículo, te juzgarán o te criticarán por ello, y un largo etcétera.
Un coach te ayudará a alinear tu forma de ser, pensar y sentir para que puedas acercarte a tu objetivo. ¿Y qué ocurrirá cuando lo consigas? Que aparte de dar los primeros pasos en tu camino de reinvención, te habrás convertido en una persona más capaz, con más recursos... y a lo mejor te plantearás objetivos nuevos que hasta ahora te parecían inalcanzables. Vas a crecer y expandir tu mentalidad.
Suena muy bonito, ¿verdad? Bueno, a decir verdad, el coaching no es magia, pero lo parece a veces. Si te gusta lo que estás leyendo, seguramente te estarás preguntando: ¿será posible convertirme en coach?, ¿no será demasiado tarde?, ¿se puede vivir del coaching?
Así que a continuación te iré respondiendo a todas estas preguntas, en base a mi experiencia personal.
Si crees que formarte en Coaching, es demasiado tarde para ti
Imagínate, yo con 30 años también pensaba lo mismo. Hasta que vi en mi formación personas de más de 40, 50 y hasta 60 años. De hecho, según la ICF, el perfil de coach profesional que más abunda es este: mujer entre 45 y 55 años.
Siempre digo lo mismo: ¿cuántos años de experiencia son necesarios para que seas experto en algo? Me dirás que dependerá de la profesión y la dedicación que le pongas, ¿verdad? Además, se trata de algo muchas veces subjetivo. Tal vez yo confíe en un profesional con 3 años de experiencia, mientras que tú necesitas que tenga más.
Según Malcom Goldwell, se necesitan por lo menos 10.000 horas de práctica o estudio para ser un experto en una disciplina. A nivel general, podríamos decir que necesitarías unos 10 años de experiencia para convertirte en un verdadero experto, si dedicas 1.000 horas anuales de tu tiempo a esa disciplina como promedio.
Imagínate ahora que tienes por lo menos la mitad de esta experiencia, 5 años, sería algo realmente deseable para el mercado actual, pues el Coaching es una profesión reciente y a día de hoy apenas encontrarás profesionales con más de 10 años de experiencia.
¿No te parece que los años pasan volando? Para mí mi camino de reinvención comenzó ayer, pero ya han pasado 8 años de aquello.
¿Pero no hay ya demasiados coaches?
Esta es una pregunta muy habitual la verdad. Los que estamos en el desarrollo personal o simplemente nos interesa este ámbito parece que vemos coaches por todas partes y nos da la sensación de que cada día somos más.
Y aquí, yo me pregunto: ¿y no hay demasiados psicólogos o maestros o profesionales de cualquier otra rama? Si te pones a pensar, cada año miles de jóvenes se forman en diferentes profesiones donde ya hay profesionales asentados en su sector.
Me podrás decir que, efectivamente, hay mucho paro entre los jóvenes. Pero ¿quiere decir eso que el 100% de los jóvenes que se forman en algo se quedan en paro? No, ¿verdad? Pues de eso se trata. Que puedes ser un coach que se dedica a su profesión o no y en la mayoría de los casos esta diferencia dependerá de ti.
Porque ¿qué es lo que diferencia a los profesionales que encuentran trabajo e incluso viven muy bien de lo suyo de los que no lo consiguen? De hecho, son las cualidades que hoy día las empresas buscan en el personal que contratan: capacidad de liderazgo, confianza, adaptabilidad y flexibilidad, autoestima, resiliencia (capacidad de levantarte cuando te caes), perseverancia, paciencia, buenas capacidades para la comunicación...
¿Y sabes lo mejor? Que todo esto lo aprendes y lo aplicas cuando te formas en coaching. Es decir, si eres capaz de ser un buen coachee y adquirir todas estas cualidades, esas serán las cualidades que te ayudarán a vivir de tu profesión. ¡Esta es la magia del coaching!
Si no, mírame a mí, una chica tímida, que jamás pensó que podría emprender, que tenía trabajos de nula responsabilidad, ganando lo mínimo para subsistir, apenas llegaba a fin de mes y vivía con sus padres con más de 30 años porque no lograba reunir suficiente para un alquiler ella sola... Una chica que nunca hablaba de sí misma, se escondía de los demás, se creía menos que otros, se infravaloraba, con baja autoestima...
Y ahora, aunque aún tengo mucho que trabajar en mí misma, he logrado algo que jamás imaginé que fuera posible: crear un negocio propio, ganando bastante más que por cuenta ajena, reconocida y valorada por profesionales de mi sector, con clientes repartidos en el mundo entero, personas que confían en mí y acuden a mí como profesional, me escuchan, me entrevistan y me dicen que yo les inspiro.
Esto es porque todas esas cualidades que me faltaban las desarrollé gracias al Coaching, gracias a formarme como coach, aplicar el coaching en mi vida y dedicarme a ello con pasión.
Y si a ti te faltan algunas de estas cualidades, tú también las podrás desarrollar.
¿Se puede vivir del coaching?
Bueno, como te decía antes, yo misma, desde 2016 vivo exclusivamente del coaching y conozco a cientos de profesionales que lo hacen.
Recuerdo que cuando terminé mi formación, me dije: Si consigo ganar lo mismo que por cuenta ajena (unos 1.000 euros mensuales), será todo un éxito.
A día de hoy, te puedo asegurar que esa cantidad la he superado con creces en mi primer año como coach profesional autónoma. Y cada año la facturación ha ido subiendo. No voy a fardar de ganar millones porque ni es cierto ni este es mi objetivo, pero puedo vivir de mi profesión perfectamente.
De hecho, en los últimos 2 años y especialmente desde que soy madre, he logrado trabajar unas 4-5 horas al día de media de lunes a viernes y para mí esto, además, es calidad de vida, pues puedo dedicarle más tiempo a mis hijas, que es mi máxima prioridad en estos momentos.
¿Dónde formarme como coach?
Si ya has decidido o tienes claro que el coaching es la profesión que te conviene, te estarás preguntando: Ok, ¿pero dónde puedo formarme en coaching?
En Internet encontrarás mucha información. Pero también es posible que sepas que este año lancé mi primera edición de Formación en Coaching de vida. Algo que mis clientes y lectores me estaban pidiendo. Me llegaban no pocos correos de personas que me decían que si sacaba esta formación, lo harían conmigo.
Se trata de una formación íntegramente online (aunque en un futuro y cuando la situación lo permita me encantaría poder contar con algunos encuentros presenciales) y donde abarco aspectos esenciales del coaching que yo misma aplico en mis procesos con clientes y cursos. En esta formación en mi propia academia online y con sesiones grupales de pocas alumnas, reúno lo mejor de todo lo que he aprendido en los últimos 7 años como coach.
Si te interesa, te invito a un webinar gratuito que ofreceré el próximo viernes 17 de septiembre de 2021 a las 18:30 y donde te presentaré la segunda promoción de esta formación que ha transformado vidas de las alumnas y les ha resultado completa, útil y profunda, en sus propias palabras, a la vez que muy práctica (algo que yo misma echaba de menos en otras formaciones de coaching que realicé con anterioridad).
Simplemente regístrate en este enlace para acudir al webinar en directo y si no pudieses estar, días después te enviaré la grabación.
Entonces, ¿el coaching es la profesión que te conviene?
Si te has visto reflejada en mi historia, entonces debo decirte que la respuesta es sí. Pero además, puedes realizar este sencillo test en el que podrás averiguar con más claridad que el coaching es la profesión que te conviene. No te llevará más de un minuto y podrás ver si el coaching es la mejor profesión para ti.
Y para finalizar, cuéntame. ¿Te gustaría formarte como coach o quizás ya te estás formando? ¿Qué retos y dificultades te estás encontrando en este camino? Me encantará leerte.