Desde lo que esperas de un estudio de mercado se ve tu madurez para los negocios

En el artículo pasado abordamos, brevemente, la clasificación y propósitos de los estudios de mercado, no obstante, seguimos sin estar exentos de complicaciones a la hora de elegir cuál es la que realmente necesitamos , y esto es así porque la gran clasificación sigue siendo demasiado abstracta, por un lado y por otro, el conocimiento que tenemos de nuestro propio problema es difuso y confuso.

Nuestro problema parece no ser nuestro

Esa es la primer gran cuestión, que no tenemos un conocimiento adecuado de nuestro propio problema, por lo general sabemos que tenemos un dilema porque hay molestia o incomodidad, inconformidad con respecto a ejecutar una decisión de negocios. De acuerdo a las experiencias, conceptos y prejuicios que tengamos buscamos la solución que supuestamente nos ayudará a aliviar esa tensión, y entre estas respuestas están, de forma general, los estudios de mercado, sobre todo, cuando nuestra inquietud se coloca en la categoría de aquellas que nos causan ansiedad acerca del desempeño que tendría un hipotético producto en el mercado, es una reacción natural que tenemos por las consecuencias de una decisión en el futuro.

Dicho esto, y ya que empieza como reacción emocional, generalmente, carece de forma racional que necesita ser desarrollada con etiología, si queremos tener un resultado satisfactorio y no solo la eufonía de los licántropos ; no esta demás decir que muchas de nuestras reacciones emocionales son reflejos catóptricos de experiencias pasadas que no necesariamente se corresponden con la realidad en este momento dado.

De la emoción a la razón

Es imperante que seamos capaces de explicar bien que lo que sentimos, la ansiedad tiene fundamento racional frente al conato de decisión al que no estamos enfrentando; evidentemente cualquiera podría decir que no hay mayor razón para sentir ansiedad frente a una decisión que podría implicar la perdida de mi hacienda, empero, muchas veces queremos pedir una certeza que no es posible obtener de ninguna forma en esta vida lo que la hace irracional.

En este proceso de descubrimiento y estructuración de nuestro problema, también entra la asesoría de un profesional, aunque podría ser llevada a cabo por uno mismo, sin ningún problema. Sería preferible, sin embargo, que fuera abordada en conjunto con un tercero que conozca, también, los métodos y las técnicas de investigación, de tal forma que pudiera en un solo momento dar una respuesta más precisa .

Claramente, ni un estudio de mercado, ni ningún otro producto será capaz de decirnos si tendremos éxito o no en una decisión, de hecho tener esta actitud ya nos habla de una falta de conocimiento de nosotros mismos y de la vida, pero nos dará un conocimiento más certero de la realidad que a la postre nos permitirá seguirnos desarrollando como personas y así ir logrando una vida más plena y madura.