Revista Psicología

Desentrañando el amor romántico en la relación de pareja

Por Clotilde Sarrió Arnandis @Gestalt_VLC

El amor romántico ha sido y sigue siendo objeto de estudio por parte de filósofos, sociólogos, psicólogos, neuropsicólogos y antropólogos que han expuesto sus teorías acerca de tan amplio y complejo sentimiento en un intento de desentrañarlo.

Desentrañando el amor romántico en la relación de pareja

El amor romántico en la relación de pareja

Con este artículo pretendo abordar el amor romántico en la relación de pareja. Asumo el reto de que al emprender este cometido, surgirá la irrupción de falsas creencias y falsos ideales utópicos (mito de la media naranja, mito del amor romántico, etc.) que han sido trasladados al imaginario colectivo desde tiempos ancestrales.

Estas falsas creencias e ideales han llegado a impregnar la mente colectiva más allá de la realidad por la retroalimentación de transferencias y de proyecciones que se encargan de transmitir tanto los criterios verbales como los que traslada la literatura, el cine y los medios de comunicación en general. Todo ello colabora a que la actual relación de pareja implícita en el matrimonio, el amor y la sexualidad sea un producto-consecuencia  de los cambios sociales y culturales de los últimos siglos, entre los que destaca la preponderancia del patriarcado.

Más o menos todos tenemos claro que el amor es una emoción o un sentimiento que es posible experimentar en algún momento de nuestra vidas. Y es más, todos consideramos como ciertas una serie de concepciones que definen lo que debería ser el amor. Sin embargo, el amor es algo que va más allá de una conceptualización cerrada. El amor es un vínculo emocional que con el tiempo surge en una relación interpersonal. Es un proceso en constante cambio, motivo por el cual admite muchas descripciones y definiciones, incluso para una misma persona dependiendo de cada etapa y momento de su vida.

Igualmente, consideremos que el término amor se emplea para una amplia gama de sentimientos (ternura, cariño, pasión, etc.) y también a diferentes niveles en su expresión (amor-físico, amor-vanidad, amor-pasión). Es por ello que no sería descabellado afirmar que el amor podría ser definido de varios modos por distintas personas y en diferentes etapas de sus vidas.

Contemplaremos a continuación algunos de los estudios que he considerado más significativos e importantes respecto al amor romántico en los últimos tiempos.

¿Existen diferentes tipos de amor en una relación de pareja?

Tipos de amor – John Alan Lee

John Alan Lee, sociólogo de la universidad de Toronto, publicó en 1973 el libro “Colors Of Love” (Los colores del amor) donde realizó un estudio acerca de los estilos de amor, así como una clasificación de los mismos.

Lee distinguió tres tipos de amor básicos y tres secundarios, que son a su vez una combinación de dos básicos.

  • Eros (amor pasional o romántico). Se caracteriza por el erotismo, una gran atracción física y una copiosa actividad sexual.
  • Ludus (amor lúdico). Estilo de relación tendente al flirteo y a la ausencia de compromiso. Hay una escasa implicación emocional y carece de expectativas de futuro.
  • Storge (amor amistoso). Basado en la complicidad, la similitud, compartir intereses e intimidad. Es una relación estable que se caracteriza por el cariño e implica un compromiso duradero.
  • Manía (amor posesivo). Resultado de la suma de eros y ludus, en esta relación hay una tendencia obsesiva asociada a tintes de celos, dependencia y desconfianza.
  • Pragma (amor lógico). En este tipo, la elección de la pareja idónea está cargada de condicionantes, en un intento de encontrar a la persona que mejor se ajusta a los propios intereses. Es por lo tanto un vínculo de conveniencia que une ludus y storge.
  • Ágape (amor desinteresado). Es un tipo de amor en el que se da sin esperar nada a cambio, una renuncia absoluta, una entrega sin condiciones. Incluye eros y storge en una relación idealizada.

John Alan Lee formula su teoría partiendo de la historia y de la literatura clásica:

  • Eros, de las relaciones maestro/discípulo que se producían en la antigua Grecia.
  • Pragma, de los matrimonios concertados o arreglados a través de la historia.
  • Ludus, de las relaciones descritas por Ovidio entre muchacho y doncella en el Imperio Romano.
  • Ágape y Storge, del sentimiento normativo entre esposos, carente de pasión, en la Era cristiana.
  • Manía, de la trágica exageración del Eros en la Europa Medieval.

La teoría triangular del amor – Robert Sternberg

Robert Sternberg formuló a finales de los años ochenta “La teoría triangular del amor”, según la cual el amor consta de tres elementos, interdependientes entre si :

  • Pasión

Se entiende como pasión a la emoción y al deseo intenso manifiesto hacia una persona. Es un sentimiento de amor vehemente, que se manifiesta especialmente en el deseo sexual. Representa nostalgia y deseo de unión.

El rápido crecimiento de la pasión en las primeras etapas, tiende a ralentizarse en la medida que avanza la relación llegando a estabilizarse en unos niveles moderados conforme el tiempo avanza.

  • Intimidad

Sternberg considera la intimidad como un componente emocional del amor que permite proporcionar bienestar, respeto, el “contar con” en momentos de dificultad, comprensión, compartir, dar y recibir apoyo, comunicación, valoración y autorrevelación.

La intimidad tiene un rápido crecimiento en las primeras etapas de una relación de pareja, y conforme esta avanza se desarrolla de una manera progresiva.

  • Decisión/Compromiso

La decisión/compromiso supone, a corto plazo, la decisión de amar a alguien, y a largo plazo, el deseo de mantener ese amor —compromiso—.

Estos tres elementos se encuentran simbolizados en cada uno de los vértices de un triangulo equilátero.

Desentrañando el amor romántico en la relación de pareja

Sternberg considera que en el amor hay distintas posibilidades de combinación entre los tres elementos básicos (pasión, intimidad y decisión/compromiso), que dan lugar a diferentes alternativas o tipos de amor.

  • Amor amistad (o agrado, cariño). Sólo hay intimidad y se manifiesta en las relaciones de amistad íntima, con una gran proximidad emocional y sin ansiedad alguna frente a la separación.
  • Amor apasionado (o encaprichamiento). En esta relación sólo hay pasión que produce una gran excitación psicofisiológica, que tanto puede surgir como disiparse instantáneamente.
  • Amor vacío. Sólo existe compromiso y es propio de relaciones de parejas estancadas, en las que se ha perdido o nunca ha habido implicación emocional mutua, ni atracción física.
  • Amor romántico. En este tipo de relación se da la intimidad y la pasión. Es como una relación de agrado a la que se suma la atracción física.
  • Amor compañero (o sociable). Es una relación de intimidad y compromiso, es decir, una amistad comprometida a largo plazo. Puede suceder que una relación comience con sólo la pasión y pasados unos años se convierta en este tipo de amor.
  • Amor fatuo (o necio). Se trata de una relación precipitada que carece del elemento estabilizador de la intimidad. Sólo hay pasión y compromiso y es una relación de muy corta duración.
  • Amor pleno (o consumado). Esta relación es la que contiene los ingredientes necesarios de intimidad, pasión y compromiso que pueden garantizar la máxima satisfacción. Constituye la manifestación más plena del amor y es el tipo de relación que la mayoría desearía tener.

Modificación a la teoría triangular de Sternberg – Carlos Yela

Carlos Yela, psicólogo social, modifica la teoría triangular de Sternberg al dividir a la pasión en dos: la pasión erótica y la pasión romántica.

  • Pasión erótica. Hace referencia al amor de carácter físico y fisiológico, como es la atracción física, el deseo sexual, etc.
  • Pasión romántica. Hace referencia a la pasión basada en un conjunto de ideas y actitudes sobre la relación, como por ejemplo tener un ideal romántico. Este último seguiría una evolución similar a lo que Sternberg entiende por intimidad.

Carlos Yela sostiene la existencia de cuatro componentes fundamentales en el amor: Compromiso, Intimidad, Pasión Erótica y Pasión Romántica.

A lo largo de una relación de pareja se atraviesan tres fases fundamentales:

  • Enamoramiento – Amor romántico

Es una fase relativamente breve en la que se produce un vertiginoso aumento de todos los componentes amorosos, especialmente la pasión erótica y la pasión romántica.

  • Amor pasional – Enamoramiento pasional

Fase intermedia entre el enamoramiento y la larga fase del amor compañero. Los componentes de esta fase son la intimidad, la pasión romántica y la pasión erótica, con un crecimiento importante del compromiso.

  • Amor compañero, no pasional – Amor compañero

Es la fase más larga en la que la intimidad y el compromiso alcanzan su nivel máximo. La pasión romántica y la pasión erótica tienden a moderarse. Está basado en la reciprocidad.

El amor romántico y su neuroquímica – Helen Fisher

Helen Fisher, antropóloga, bióloga y directora del departamento de Investigación de la Universidad de Rutgers (en New Jersey, EEUU), estudió durante muchos años el amor romántico desde un punto de vista científico.

Uno de sus más relevantes estudios consistió en investigar el estado cerebral en cada uno de los elementos de un grupo de personas presas de la pasión amorosa o amor romántico.

Para realizar su estudio, Fisher recurrió a tecnología de neuroimagen y observó mediante resonancia magnética, un incremento en la actividad de las zonas del cerebro implicadas en los circuitos de recompensa, unas áreas que propician la circulación por el cerebro de la dopamina, un neurotransmisor presente en las regiones cerebrales que regulan el movimiento, la emoción, la motivación y los sentimientos de placer.

Tanto el exceso como el déficit de dopamina está relacionado con varias enfermedades como el Parkinson o la adicción a drogas (sustancias que que genera una sensación euforia placer a través de las mismas vías y las mismas áreas relacionadas con la dopamina).

El circuito de la recompensa no sólo lo encontramos en el ser humano sino en la mayoría de los animales, ya que es un sistema primitivo que, de manera natural, resulta primordial para la supervivencia del individuo y de la especie, pues de él dependen actividades placenteras como la alimentación o la reproducción.

Los estudios realizados por Helen Fisher la llevaron a contemplar la existencia de tres sistemas cerebrales que interactúan entre sí y que se encuentran relacionados con el amor:

  • El impulso sexual.
  • El amor romántico, cuya intensidad se manifiesta en los inicios de la relación.
  • El apego o cariño. Son profundos sentimientos que hacen acto de presencia en una relación de largo recorrido.

Además, Helen Fisher demostró con sus estudios que la pasión amorosa (o amor romántico) se encuentra estrechamente ligada con nuestro cerebro; tanto que el amor romántico no sería una emoción sino que un impulso, un instinto, una necesidad fisiológica intensa del ser humano como pueda ser el hambre.

Curiosamente, estos hallazgos de Fisher permitirían explicar bioquímicamente una hipótesis formulada por el psicoanálisis sobre la vinculación entre necesidades de dependencia no resueltas en la infancia y adicciones (alcohol, comida, compras, juego, sexo, etc.) en la edad adulta.

  • El impulso sexual

Según las hipótesis de Fisher, el impulso sexual sería la expresión de un deseo que busca gratificación y satisfacción, que obtiene a través de ciertos neurotransmisores (fundamentalmente dopamina, endorfinas, noradrenalina y adrenalina) que, en cierto modo, ensombrecen el juicio hasta el extremo de hacernos ignorar potenciales peligros.

En esta situación, la noradrenalina suministra energía para orientar la conducta a realizar las máximas actividades posibles con la pareja fijando en ella toda la atención y eliminando obstáculos con tal de satisfacer sus deseos.

  • El amor romántico

El amor romántico es el ansia y la motivación que surge ante la necesidad de estar con la otra persona, incluso no sólo en el aspecto sexual. Al igual que sucede con el impulso sexual, también está mediado por neurotransmisores como la dopamina entre otros.

Consideremos que durante el sexo y con el orgasmo se suma la acción de la vasopresina y la oxitocina generándose el sentimiento de vínculo y de conexión que nos une con la otra persona. Según Helen Fisher, el amor romántico es un impulso que puede incluso superar al deseo sexual por la intensidad del ansia que origina, conclusión a la que llegó a partir de datos obtenidos en sus investigaciones basadas fundamentalmente en las neurociencias y la antropología.

Durante la excitación sexual y en el orgasmo se inhiben las áreas del lóbulo frontal, motivo por el que se es más proclive a los instintos primarios que a la reflexión y a la capacidad crítica. Esto es debido a una hipoactividad prefrontal que puede inducir a tomar decisiones equivocadas e incluso conductas irresponsables con efectos negativos.

  • El apego a una pareja a largo plazo

Helen Fisher defiende que la evolución del amor romántico tuvo como finalidad focalizar la energía de apareamiento en una sola persona y así conservar tiempo y reservas para otras actividades beneficiosas para la evolución personal y la de nuestra especie. Afirma a su vez, que la evolución del apego ayudó a tolerar con menos dificultad a la pareja, por lo menos durante el tiempo suficiente juntos llevar a buen término la crianza de la descendencia.

En esta etapa de la relación se fortalece el vínculo a expensas de saber lo que le agrada —o no— a nuestra pareja, facilitando un mayor entendimiento mutuo y una mayor empatía. Ayudan en esta empresa las circunstancias de tener intereses y distracciones en común (como los hijos), metas y anhelos, que fortalezcan la unión.

El amor romántico por Helen Fisher


Clotilde Sarrió – Terapia Gestalt Valencia

Bibliografía:

–  Fisher. H. (2004). Por qué amamos: Naturaleza y química del amor romántico. Taurus.

– Sternberg, R.J. (1989). El Triángulo del Amor: Intimidad, Pasión y Compromiso. Barcelona. Paidós.

– Sternberg, R.J. (2000). La experiencia del amor. Barcelona: Paidós.

– Yela, C. (1996). Componentes básicos del amor: algunas matizaciones al modelo de R.J. Sternberg. Revista de Psicología Social

– Yela, C. (2000). El amor desde la psicología social. Ni tan libres, ni tan racionales. Madrid: Pirámide.

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Este artículo está escrito por Clotilde Sarrió Arnandis y se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España 

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