Acabo de comprobarlo: Hace casi 3 años que no hago un despelleje. Llegó la pandemia, dejaron de hacerse saraos y después yo di mi triple mortal laboral que me dejó sin tiempo para empaparme de frivolidad y tontería. Hoy, en una carambola inesperada provocada por un insomnio rayando con el trasnochar, me he permitido volver a este género tan ridículo a la par que divertido. Muchas cosas han cambiado desde 2021: ahora Instagram está lleno de gente comentando los modelos con criterio, referencias y mucha intelectualidad. Aquí no hay nada de eso. Hago esto por las risas. A ver qué tal sale.
Ayer se celebraron los Globos de Oro y ganaron muchos que me gustan, así que muy bien. También ganaron otros que no sé ni quienes son y otros que sí conozco y me caen mal. Lo que viene siendo un día cualquiera en la vida. Vamos a ello.
Voy a empezar por alguien que necesita, con urgencia, una intervención de sus amigos. Tiene que llegar a casa y encontrarse a la gente que más la quiere en su salón, sentados muy serios y con una pancarta que diga: «Margot, te queremos muchísimo pero STOP creerte Barbie». El color del vestido me da ganas de mascar chicle de fresa ácida: ¿se siguen fabricando?
Emma Stone camuflada y transparente. Elizabeth Debicki sigue la misma tendencia aunque con los brazos más largos que he visto en mi vida, qué envidia, seguro que no le pasa como a mí, que con cualquier chaqueta que me compro parezco el Espantapájaros de Oz.
Si hablamos de ellos, digamos que Jeremy Allen White tiene el mismo problema que la mayoría de los tíos que conozco: no sabe llevar traje, se le pone cara de estar incómodo. Él no debía saberlo porque para sumar elementos a su incomodidad se ha puesto una camisa transparente que, lo siento, pero es un NO como una casa. Mejor así, aunque tenga pinta de no bajar la tapa: una cosa no quita la otra. Y ganó y yo me alegro porque The Bear es maravillosa.
Precioso homenaje al Calippo
¿De qué vas? De «desequilibrio». Prueba a mirar la foto y no sentir la tentación de girar la cabeza. Selena va escorada como el Titanic
Transparenta que algo queda. Me hace gracia porque si miras muy fijamente su vestido se te pone exactamente la misma cara que tiene Sarah Snook en la foto. (Ganó por su papel de cabrona en Succession, bien por ella)
Kevin también tiene mirada de «en qué coño estaba pensando cuando me dejé teñir el pelo de beige». Por lo demás va hecho un príncipe y hasta lleva reloj (si se hubiera quitado la pajarita aún mejor; pero, chico, viene de la época de El guardaespaldas, de lo más duro de los 90, no le vamos a pedir milagros).
Kieran Culkin me hace muchísima gracia. Siempre parece enfurruñado, como si no supiera salir de su papel en Succession. Matthew tampoco ha sabido salir de su papel: el traje le está grande de hombros, va sin peinar y sin afeitar, pero lleva cara de decir: «¿Y qué si me he quedado con la empresa? Fuck off!».
Ayo Edebiri todo bien. El vestido es maravilloso, los zapatos perfectos y, sobre todo, ella va con la pinta que tendría alguien normal en esa tesitura: «no sé muy bien cómo he terminado aquí, a ver si no la pifio». No ha caído en la tentación de añadir mil quinientas joyas ni un peinado extravagante ni un bolso ridículo e inservible. De faltarle algo, le faltan bolsillos porque no sabe qué hacer con las manos.
Muy bien Jodie (y su santa). Fatalísimo lo de sus zapatos. Creo firmemente que la moda del calzado con plataforma está durando demasiado. El traje de Alexandra me lo pido. No, mejor el de Annette. O los dos.
También me pido el traje de lentejuelas de Meryl, aunque con ese modelo yo parecería una bolsa de basura. Me pregunto si Meryl lleva unas converse debajo de esa falda. También me pregunto qué temperatura hace en ese evento para que Meryl lleve dos cosas de manga larga y el resto vaya en tirantes. Como Meryl es siempre la mejor, voy a apostar por que hace un frío polar y ella es la más lista. Helen también lleva abrigo, así que definitivamente hace frío. Ojalá, en algún momento de mi vida, llevar un abrigo así de extravagante y absurdo...
Con tirantes y tacones pero sin vestido, ni color, ni alegría de vivir. Elizabeth tampoco tiene alegría de vivir ni el coñ… para ruidos. No me extraña nada con ese despropósito de molde de escayola de clase de dibujo del colegio: «Hoy vamos a dibujar un capitel corintio».
La diva más diva de la noche: Me fascina la de horas que es capaz de echar Jennifer para prepararse. Me pongo a llorar solo de la pereza que me da pensarlo, pero va divina. Frigo podía haber patrocinado la noche, me ha entrado nostalgia del Frigopié.
Karen Gillan de mandala desenfocado pendiente de colorear. Me mareo.
Tengo una foto en mi comunión llorando en la que tengo exactamente la misma cara que Natalie Portman en la alfombra roja. Cara de «no quiero estar aquí, me quiero ir a mi casa». El vestido es bastante chulo pero da la sensación de que va a deshacerse en cualquier momento, como pasaba con los padres de Michael J. Fox en la foto en Regreso al futuro.
Cosas a las que hay que aprender a decir que no: los corsés en medio de un traje de muñequita. Más cosas a las que hay que decir que no: mucho encaje, mucha transparencia, zapatos de plataforma y un tocado con forma de manzana. He leído por aquí que es todo de muchísimo nivel y muy Dior y que, además, ella llevaba el tocado porque la semana pasada se cayó esquiando y se hizo muchas heridas (me lo creo regulinchi, aunque lo dejo pasar) pero no me gusta nada. Está a medio camino entre una diva de El crepúsculo de los dioses y una madame de burdel de una mala película del oeste.
Jennifer requetebién. Me chifla la falda.
Dua Lipa requetemal. Parece un adorno navideño de la casa de José Luis Moreno. Algo que grita lujo y dinero pero que no quieres mirar.
Este color nunca favorece a nadie. Jamás os compréis nada de este color. No os compréis nunca nada de un color del que tengáis dudas para nombrar.
Lo que yo nunca seré: lánguida y traslúcida.
Orlando ha esponjado.
Carey como siempre con carita de pena. Es la tercera a la que veo con esa melenita que yo llevaba hasta el día antes de cumplir 24 años. Todo vuelve, incluídos los vestidos con los que no puedes caminar.
Deshilacharse, deshacerse, desaparecer… seguramente arder en 3 segundos si le acercas una cerilla o le cae electricidad estática de alguno de los 300 vestidos de terciopelo.
Super fan del vestido «atasco en la trituradora de dirección general» de Keri Rusell.
A la nieta de Elvis su decisión de ir vestida de velo de novia virginal no le convence para nada. (La serie Todos quieren a Daisy Jones está muy bien).
John, John, John... Ni Dwight se hubiera puesto eso. Emily lleva un collar maravilloso y esto es lo único bueno que puedo decir de ella. De Christina Ricci lo único bueno que puedo decir es: SU MARIDO.
Nicolas Cage. Otro con tinte equivocado homenajeando a Lauren Postigo.
Lenny cree que está tan bueno que se puede permitir esto. Yo creo que no.
Requetenó a Rachel. La Sra. Maisel estaría disgustadísima y a su madre le hubiera dado un ictus.
Fantasia Barrino no está convencida. Yo tampoco: la entiendo tanto... Te pruebas algo en la tienda, crees que sí, tienes dudas pero dices «tengo que arriesgarme, salir de mi zona de confort». Lo compras, llega tu día, te lo pones y piensas: ¿por qué cojones no le hice caso a mi instinto? Todas hemos sido Fantasia alguna vez.
Todos en pie: Gillian Anderson maravillosa. He leído por ahí que el bordado del vestido son vulvas. Lo que queráis, como si llevara grabadas porterías de fútbol, me da igual. Ella está fantabulosa. Por ponerle una pega: Gillian, ¿para qué el bolsito ridículo?
Brie Larson. Qué mona de embudo de esos que le pones a tu perro para que no se rasque cuando le han operado. Me encantaría que con ese vestido solo pudiera estar de pie, que no pudieras sentarte, como si fuera un vestido de Barbie. Perdón: de Margot.
Heidi compite en otra liga. Qué cabrona.
Ni una gala sin su representante de la tendencia «no quiero ser como la masa, quiero ser original, diferente, divertido, rompedor» y cagarla.
The mamarrachest.
Ya estaba tardando en salir la malvada de Disney. ¿A quién se le ocurre llevar algo así? Te agachas y le sacas el ojo a alguien. O la gente se pasa la noche tirándote cosas a ver si aciertan a encestar.
Issa Rae deslumbrante de El gran Gatsby
Justin se suma a la tendencia de llevar reloj (algo que aplaudo muy fuertemente) pero no consigue compensar los 3000 puntos negativos por el traje color dulce de leche o virus estomacal de estos días en España.
No sé quien es Rachel Smith pero me encanta su vestido de flores barrocas. Y a ella también. Y Matt Bomer también me encanta.
Y chimpún. Ha sido divertido. Tengo que recuperar los despellejes. Por las risas y las tonterías.
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