Publicado en Despido el 19 de septiembre de 2013
Uno de los efectos de la crisis económica es el aumento de los procesos de reestructuración de plantilla en muchas compañías con el objetivo de adecuarse a una caída de la demanda, reducciones de los precios de los productos y servicios, menor nicho de mercado, etc. Si su empresa está evaluando la posibilidad de acometer despidos, tenga en cuenta estos cinco pasos previos que le ayudarán a gestionarlos reduciendo el impacto negativo para su compañía:
- Identifique claramente dónde está el talento de su empresa. Se trata de confeccionar una especie de mapa sobre las capacidades, experiencias y habilidades de cada trabajador de su plantilla. Contar con él le permitirá realizar desvinculaciones más racionales, evitando la pérdida de profesionales que dan valor y competitividad a su empresa y planificando las futuras contrataciones cuando cambien sus necesidades.
- Analice otras opciones. ¿Es el despido la única salida? En muchos casos no tiene por qué serlo. Plantéese la posibilidad de acometer medidas de flexibilidad interna (modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo, inaplicación de las condiciones establecidas en el convenio colectivo, pactar reducciones de jornada, presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal de suspensión de contratos o de reducción de jornada…).
- Jerarquice los despidos. Algunos expertos en recursos humanos recomiendan empezar los despidos por los altos cargos. Y esto por varios motivos: son quienes tienen una mayor responsabilidad en la gestión y marcha de la compañía y suponen un mayor coste para la empresa. Por eso, los despidos no deben limitarse a los trabajadores con sueldos más bajos. Analice si los altos cargos con responsabilidad directa en tratar de asegurar la buena marcha de la organización están cumpliendo con sus objetivos y son o no las personas realmente adecuadas para la organización en momentos delicados.
- Piense en los que se quedan en su empresa. Los trabajadores que permanecerán en su puesto de trabajo pueden verse afectados por el miedo a perder su empleo, por la incertidumbre de imaginar si en la próxima criba les tocará a ellos, algo que se conoce también como “síndrome del superviviente” y que merma la productividad y daña el clima laboral. Para minimizar estos efectos adversos, debe planificar cuidadosamente la forma en la que comunicará los alcances de los despidos, los motivos y los métodos para hacerlo. Hágalo con realismo, pero con sensibilidad.
- Evalúe recurrir a una empresa especializada en outplacement. Se trata de empresas externas que ayudarán al personal que abandonará su empresa a encontrar un nuevo puesto de trabajo y envían un mensaje positivo a los trabajadores que se quedan: que su empresa se preocupa por lo que les pase cuando se van. Tenga en cuenta que en algunos casos, la normativa obliga a ofrecer un plan de recolocación a los empleados despedidos. En otros casos no es obligatorio, pero puede ser recomendable.
A la hora de efectuar despidos, no se trata únicamente de cumplir con todos los requisitos legales, sino también de llevarlos a cabo de forma que se dañe el clima laboral lo mínimo posible. Para ello, hay que cuidar el impacto tanto interno como externo de los despidos y centrarse en los trabajadores que se quedan para evitar que merme su productividad.
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