Revista Cultura y Ocio

Detalles de 'Il Trovatorre' (5) - El coro de zíngaros y presentación de Azucena

Publicado el 13 mayo 2012 por Maac @Elblogdemaac

Peña del Mugarra (Vizcaya)


Después de "Va pensiero" de Nabucco el coro más famoso de Verdi puede que sea el de gitanos de Il trovatore, situado en el segundo acto sirve para introducir el personaje de Azucena y el mundo en el que se desenvuelve.
La ambientación: Está amaneciendo en un lugar rocoso en la falda de un monte de Vizcaya junto a una gran hoguera está sentada la gitana Azucena, cerca de ella, sobre una manta, está tumbado Manrico, ambos están rodeados por grupos de gitanos.
Tras una pequeña introducción orquestal los gitanos entonan el famoso "Vedi! Le fosche notturne spoglie", característico en este coro es la utilización de elementos percutientes (timbales, triángulo en la primera parte, 2 yunques y martillos en la segunda -situados en lugares distintos uno sonará con el compás y el otro a contratiempo-).

Fiorenza Cossotto como Azucena

Una vez acabado el coro Azucena, sin que le anteceda ningún recitativo -lo que lo hace más espectacular-  tiene su complicada aria de presentación y lucimiento, la balanceante "Stride la vampa". Finalizada el aria, en la que la mezzo tiene que hacer una auténtica proeza de fiato, los gitanos se retiran, retoman el coro inicial y al alejarse sus cantos se van extinguiendo.
Cuando madre e hijo quedan solos la gitana tiene una segunda aria que se inserta en el dúo con Manrico, y que es un "racconto" que contrasta con el inicial de Ferrando: "Condotra ell'era in ceppi", cuenta el asesinato de su madre desde una óptica muy distinta y ahí aparece una expresión que será clave en el desarrollo final de la obra, "Mi vendica!", tanto es la pasión de Azucena que sin darse cuenta se le escapa que su estado de nervios era tal cuando intento vengar la muerte de su madre que se equivocó de niño y echó el suyo a la hoguera, después, cuando Manrico le pregunte "no soy tu hijo ¿quién soy pues?", la gitana intentará despistar.
De esta presentación de Azucena comprobamos los dos rasgos principales de su carácter, uno es la sed de venganza (por la inmolación de su madre) y, el otro el amor maternal (por un hijo que en realidad no es suyo); es  un terrible drama porque ambos rasgos conducen a intereses contrapuestos y la venganza pasará irremisiblemente por la negación de la maternidad, el hecho de que confundida arrojara al verdadero hijo a la hoguera multiplica la tortura, de ahí que la gitana aparezca como un personaje alucinado, cerrado en sí mismo, al borde de la locura, pero no loca, en la correspondencia entre Verdi  y su primer libretista, Cammarano, queda bien claro que el compositor no quería un personaje loco. La única salvación que le queda es que Manrico sea el brazo ejecutor del conde de Luna, su propio hermano, pero un poder sobrehumano, el poder de la sangre, se lo impide ("Mal reggendo"). Significativo es el hecho de que tanto Verdi como Cammarano en un primer momento barajaran la posibilidad de denominar a la ópera como Azucena.
Lo escuchamos en la grabación de RCA con Fiorenza Cossotto. Plácido Domingo, el Ambrosian Opera Chorus, la New Philharmonia Orchestra dirigidos por Zubin Mehta:


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