Polillas en el telón
y una luz
a través del tejido
de su gula destructiva.
La función no ha terminado.
Es muy simple,
ha sido deglutida.
Los focos proyectan arenay el aire no encuentra muros,arranca el fulgor y el color.
Madera clavada
sobre madera,
pasos de ficciones encarnadasresuenan cuando nadie queda.
Ni Medeas ni Laurencias,
no hay Titos ni Pantalones,un suspiro en suspensopor la ardiente calle
de ambarina sombra.
Te diré,las butacas engullen ecosde gritos, risas, aplausos, bostezos.Serrín de carcoma,yeso muerto en el huecodel cielo raso,flores secasdonde pisó la vida,voces distantes, más aún.
Despego los ojossin esfuerzo;estaban abiertosasistiendo al mal sueño.
Miro el reloj:hay tiempo, ¡sí!y qué suerte,a su lado una entrada.